Kennedy contra Terminator
Y dijo el oráculo: "Si eres hijo de famoso en el siglo XXI, tu opción uno en la vida será dejarte tentar por el mundo de la moda. La segunda, seguir los pasos profesionales de tus progenitores. Y si, y solo si, todo esto falla, te entregarás al escándalo para llenar tus arcas cuando ya no te den la paga". Como recién alumbrado por ese Delfos moderno que es Hollywood, Patrick Schwarzenegger se presentaba al mundo con el torso descubierto y unos jeans de Hudson el pasado mes de agosto desde una valla publicitaria levantada en Sunset Boulevard.
Junto con su estreno como modelo, el tercero de los cuatro vástagos de Arnold Schwarzenegger y Maria Shriver Kennedy, que cumplió 18 años a mediados de septiembre, ha anunciado que también quiere ser actor. Lo ha dicho todo de sopetón: "Quiero hacer algo relacionado con la interpretación, y ser modelo es una buena forma de sentirse cómodo ante las cámaras", justificaba en una entrevista reciente a Women's Wear Daily.
En Twitter mostraba su enfado por convertirse en noticia al ser multado conduciendo el audi de papá
Aunque su conciencia fashion viene de antes. Ya con 15 años, cuando lo más que podían envidiarle los mortales eran los tiques a pie de pista que su padre le conseguía para ver a los Lakers, estrenó su propia marca de moda, Project360. Aún hoy la mantiene y destina el 10% de los beneficios a la investigación contra el alzhéimer.
Su composición cromosómica representa el próximo paso en la evolución de nuestra especie: la inteligencia de los Kennedy sumada a la biología de laboratorio de Terminator. Tras el divorcio de sus padres este verano, parece haberse visto forzado a dividir sus afectos. La profunda huella de su madre, que ha retomado su profesión como periodista, se refleja en la firma de Twitter, que prescinde del apellido paterno para presentarse como Patrick Shriver ("enamorado de los Lakers, modelo para L. A. Models, estudiante, empresario, deportista y amante de lo saludable", concreta su perfil). De ella dice haber aprendido "el compromiso social". De Arnold, "su habilidad para los negocios".
Gracias a su Twitter, precisamente, sabemos lo mucho que le ha enfadado que los medios se hicieran eco de la multa que le pusieron la semana pasada conduciendo el Audi de papá. El exgobernador de California parece estos días consagrado a autorreivindicar su figura por el lado más pop. Mientras su matrimonio se desintegraba, pergeñaba junto a Stan Lee la teleserie animada The Governator, donde se transforma en un justiciero secreto tras su carrera política. Una imagen bastante alejada de su defenestrada salida del mando.
Junto a su hijo, inauguraba el jueves en su ciudad natal (Thal, Austria) un museo centrado en su vida y milagros. Y ayer aterrizaban en el jet privado del padre en Madrid, donde se está celebrando este fin de semana el torneo de culturismo que apadrina el exactor. |
Babelia
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