El monte donde se estrelló el piloto no se precintó hasta dos días después

El punto en el que se originó, a las 17 horas del domingo pasado, el gran incendio de Laza que costó la vida al piloto Íñigo Zubiaga, no fue acordonado hasta el martes a las 17 horas. Lo mismo que la zona en la que se estrelló la aeronave, según confirmaron a este diario fuentes de los servicios de extinción. Así ha comenzado la investigación que debe determinar las causas del accidente del avión y encontrar al autor del fuego para imputarle un delito de homicidio. Ambas zonas han sido transitadas durante estos dos días por vecinos, periodistas y un buen número de curiosos. Técnicos consultados por este diario creen que se ha incumplido el principio de cualquier investigación sobre un delito y que será difícil hallar pruebas.

La demora de dos días en el precintado de la zona en la que se originó el incendio de Laza hará más difícil encontrar vestigios.En este caso, posibles restos de acelerante o huellas que permitan identificar al autor del incendio e imputarle el delito que causó una muerte. El conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, anunció el mismo domingo, horas después de conocerse el fallecimiento del piloto, que abriría una investigación para averiguar las causas del siniestro, pero los compañeros del fallecido tienen ahora serias dudas de que ésta pueda ser esclarecedora.

"Hay un protocolo oficial, el mismo que el de un asesinato, pero aquí se lo pasaron por alto", protestan. Sostienen que la improvisación preside las actuaciones de ese gabinete de la Xunta, que este año suprimió personal de las brigadas del Seaga en septiembre, cuando comenzaba la ola de calor.

Entre las "improvisaciones" a las que aluden figura el depósito de agua con capacidad para más de 300.000 litros que Medio Rural ordenó construir en Fontefiz (Coles). Un enclave estratégico para que las aeronaves carguen ahí. El punto de reposición quedó impecable, si no fuera porque no dispone de toma de agua. Para llenarlo, los camiones de las brigadas acudieron al embalse de Barra de Miño y transportaron los 300.000 litros en cargas de entre 2.500 y 3.000 litros, el máximo de su capacidad que transportaron en varios viajes. Con la pendiente que existe, el consumo de gasoil fue considerable. "Salió más caro que llenarlo con agua mineral", comentan aún sorprendidos los trabajadores de este servicio de extinción de incendios que reprochan el "despilfarro" de la Xunta mientras muestran sus fundas de trabajo "de segunda mano" con el logotipo aún visible de "Junta de Castilla-León" en la solapa.

La construcción de los depósitos de agua que hay que bombear con motores eléctricos llama la atención de los ecologistas que sostienen que en el país de los mil ríos no son necesarios. Juárez recortó las brigadas en un 50% según los trabajadores -la consellería aún no ha ofrecido el dato que el lunes le requirió este periódico- y decidió que este año no se cortase la maleza, para evitar costes.

El fuego se ceba estos días en la provincia de Ourense. Los incendios han estado sucediéndose -en algunas ocasiones varios en la misma comarca simultáneamente- evidenciando la escasez de medios para atenderlos a todos al mismo tiempo.

Ayer, aún seguía activo el que se había generado el día anterior en la Serra de San Mamede, en el Macizo Central ourensano, y otro incendio más azotaba en Vilar de Barrio penetrando en zona de arbolado. Mientras tanto, un gran despliegue de medios aéreos se desplazaba al municipio de A Mezquita para aplacar las llamas del gran fuego generado hace días en Portugal que se adentraban a media tarde ya en España por este municipio ourensano. Junto a estos fuegos, los trabajadores de los servicios contraincendios trabajaron ayer sofocando también las llamas que ganaban terreno al monte en otros puntos de la provincia.

Se destinaron medios aéreos a sofocar las llamas en los incendios que se centraron en Manzaneda, San Xoán de Río, Gomesende y Coles. Este último avanzaba con fuerza a última hora de la tarde cuando ya no se podía actuar sobre él.