Un histórico de saldillo

El Alcalá, fundado en 1929, vive la época más convulsa de su historia. Penando en los últimos puestos de Segunda B y en pleno proceso de conversión en sociedad anónima deportiva después de que durante la temporada pasada sus jugadores estuvieran más de siete meses sin cobrar. El presidente del equipo, Jorge Carretero, que es también portavoz de la junta directiva de la Federación Española de Fútbol, asegura que el cambio de estatus de la entidad es la única solución. Una empresa que, entre otros negocios, se dedica a la representación de jugadores va a adquirir el mayor paquete accionarial. De hecho, la campaña pasada el equipo eludió el descenso gracias a que la compañía que será la dueña del club, Dominio de Proyectos-Grupo Eñe, liquidó la deuda, que era de unos 400.000 euros.

Los socios, que tienen dos meses para adquirir acciones a 50 euros por título, no parecen muy animados con la idea. Hasta el pasado martes, y después de un mes desde que se abriera el plazo de compra, tan solo se habían suscrito 30 de las 4.500 acciones posibles.

Esta no es la primera vez que el Alcalá intenta transformarse en sociedad anónima deportiva. El caso más sonado fue el del presidente de la Federación de Fútbol de Omán, Sayyd Khalid Bin Hamad Al-Busaidi, a quien se le vio durante varios días por Alcalá con guardaespaldas y coches de lujo, llegando a reunirse en varias ocasiones con Carretero. El intento se quedó en eso, en un intento.

Entre los miembros de la junta directiva, el tesorero Joaquín Olmeda se lamenta por la situación que vive el club: "Los nuevos dueños han salvado al equipo del descenso a tercera. Pero me da pena de que hayan valorado al club en tan solo 225.000 euros. Solo el valor histórico del club, en una ciudad de más de 200.000 habitantes, es superior. El Alcalá, dice Olmeda, es "un diamante en bruto", pues con un buen equipo técnico y el apoyo de las instituciones, como por ejemplo el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, podría convertirse en un nuevo Getafe: "Pero con razón Esperanza Aguirre nos dice que para qué queremos un estadio para 12.000 personas, cuando apenas van 800 seguidores a los partidos", concluye con cierto pesimismo el directivo.

Los hinchas del equipo tampoco están muy contentos. Sobre todo porque el equipo va mal. Paco Flores, el entrenador, fue despedido la semana pasada tras una mala racha de resultados. Los aficionados acuden con cuentagotas al estadio, que parece un páramo desierto. "Si dijeran que en el centro del campo hay un botellón vendrían más jóvenes al estadio", bromea Justo. La taquilla conseguida el domingo 25 de septiembre por el Alcalá en su partido contra el Lugo fue de tan solo 800 euros, cuando los gastos fijos superan los 1.500 euros.

Ayer mejoraron un poco las cosas. Al menos el equipo consiguió empatar a un gol en casa del Atlético B.