"Soy del Athletic por su romanticismo"
La dicotomía Madrid-Barcelona aburre a más de uno. Para Julián López, miembro de Muchadada Nui y actor, entre otras películas, en Pagafantas y No controles o la tristemente desaparecida serie Los quién, el aburrimiento es soberano. "Aburrido de sus disputas, de sus enfrentamientos. Aburrido... Cuando me preguntan que si soy del Madrid o del Barça y digo que del Athletic, me vuelven a preguntar: 'Bueno, sí, ¿pero... después?'. Después... ¡nada! ¡Del Athletic! ¡El resto me da igual!".
Julián López es de El Provencio, un pueblo de Cuenca a 582 kilómetros de Bilbao. "En el corazón de La Mancha existían muchos aficionados del Athletic", explica el actor, nacido en 1978; "es un club con aficionados por toda España. No puede chocarle a nadie que uno de un pueblo de Cuenca sienta suyo el equipo. A mí no me tira la tierra. En mi caso es la familia. Mi abuelo y sus hermanos vivieron la etapa dorada del equipo, ese fútbol aguerrido pero no exento de clase, y eso lo heredaron sus hijos y sus nietos. De niño, te compran la equipación y ya no hay marcha atrás. No puedes ponerte otra en tu vida. Además, me gusta la filosofía del club, sus valores, su romanticismo. Yo soy muy familiar y doy mucha importancia a ese tipo de valores. Mi abuelo y mi padre me transmitieron ese amor por la gran familia rojiblanca".
"Estoy aburrido de que todo sea Madrid-Barça, de sus disputas"
Guarda cinco camisetas del equipo que se pone religiosamente para ver cada partido. Un ritual que repitió ayer a las 12 de la mañana para presenciar el clásico vasco entre su equipo y la Real Sociedad en Anoeta. Eligió la que le regaló hace poco Koikili gracias a una sorpresa que le preparó en Bilbao Unax Ugalde, compañero de reparto en No controles. "¡Me hizo una ilusión!", recuerda; "yo siempre me pongo la camiseta y siempre, antes, durante o después del partido, llamo a mi padre para comentar".
El domingo de gloria no acabó con la victoria (primer triunfo en lo que va de Liga de los rojiblancos) del clásico. Además, por la noche, el canal Neox estrenaba la segunda temporada de Museo Coconut, una serie de 25 minutos en la que López y su grupo de Muchachada Nui despliegan por los pasillos de un museo (los personajes son el director, la dueña o mecenas y su hijo, dos guardas de seguridad y un guía) su particular mezcla de humor absurdo, surrealista y costumbrista.
"Me habría gustado ver a Zarra. Mi abuelo me contaba muchas cosas de él y a mí me habría gustado disfrutarlo en directo. Mi padre me hablaba de Sarabia y yo, en mi adolescencia, idolatraba a Julen Guerrero. En los años noventa habíamos perdido ese papel de gran club y fue él quien levantó otra vez la ilusión del club. Me impactó su retirada. Estaba en el pueblo y toda la familia vimos juntos las imágenes con tristeza", dice. Para López, San Mamés "huele a fútbol y a historia". Sigue todas las competiciones. Se compra los periódicos deportivos y, además, El Correo Vasco: "Yo confío en que el equipo despegue este año. El estilo de Bielsa es muy competitivo y atractivo de ver".
Julián López fue músico antes que actor. Estudió en el conservatorio su especialidad, la trompa. Aún mantiene su grupo, Julián López y ManchaBrass, pero dejaron la música antigua y barroca de los primeros tiempos para ofrecer un show de versiones de grupos pop y de música original de Nueva Orleans. En Cuenca conoció al resto de Muchachada Nui y allí empezó el gusanillo de la actuación: "Lo pasé bastante mal cuando empecé a ver que cada vez me resultaba más apetecible actuar. Fue una decisión muy difícil. Pasé un año muy malo".
Ahora, para los momentos malos, tiene su propio antídoto: se pone el vídeo de la final del Mundial y se emociona: "Fue uno de los mejores momentos de mi vida". Fuera de su equipo reconoce que tiene especial simpatía por Casillas ("siempre tan expuesto y siempre transmitiendo tanta normalidad"), Iniesta ("por querer pasar de puntillas, por esa humildad que se está perdiendo tanto, por dedicar el gol a Dani Jarque, ese momentazo y va y se acuerda de otra familia") y los jugadores del Villareal ("majísimos").
En general, con el fútbol, se ha vuelto más templado, aunque reconoce que se sigue cogiendo sus "disgustillos": "Vamos, que lo vivo mucho".
Talismán
Julián López cree que da suerte a su equipo. Aún no ha presenciado una sola derrota en San Mamés: "Soy talismán. Siempre que voy veo victorias. He prometido llevar a toda mi familia al estadio. Y ya lo he hecho con mis padres. Solo lamento que no pueda cumplir la promesa con mi abuelo. Nos dejó hace unos meses. Esa espina la tengo clavada".
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