El Mallorca despierta de un mal sueño

Como quien al levantarse de la cama se lava la cara para deshacerse de las telarañas de la noche, el Mallorca consiguió alejarse por un rato de la montaña de casquillos que le han rodeado durante toda la semana. Dos penaltis le bastaron para igualar un partido que Osasuna no entregó gracias a dos magníficos testarazos de Raúl García y que enladrilla una situación que parecía incontrolable.

Y eso que el Mallorca comenzó mandando frente a un Osasuna que durante los primeros minutos parecía no comprender qué sucedía. No está acostumbrado el conjunto rojillo a que le roben el balón y se lo escondan durante más de un cuarto de hora. El planteamiento de Miguel Ángel Nadal pretendía sostener el control del juego a base de la movilidad de sus puntas y de la conquista del centro del campo. En un intercambio de posiciones entre Víctor y Hemed llegó el derribo de Flaño al israelí que este mismo terminaría transformando.

Alcanzada la cima, el Mallorca perdió solidez y una pequeña brisa de Osasuna en el último minuto de la primera mitad bastó para derribar todo lo construido. Raúl García, completamente libre de marcaje, remataba a la red un saque de esquina de Cejudo que serviría para despertar a Osasuna. Tanto que pareció haberle cogido el punto y de nuevo Raúl García, en otro córner, consumaba la remontada.

Al Mallorca se le habían fundido los plomos y el primero en perderse en la oscuridad fue Nsue, que golpeó a Lamah desde el suelo, por lo que Velasco Carballo no dudó en expulsarle. Sin embargo, un discutido derribo de Alfaro en el área pequeña sirvió para que Hemed de nuevo igualase las fuerzas. Un mal sueño con final feliz. Cuestión de despertares.