A Casillas le rematan más del doble
El Madrid pierde la solidez defensiva que le caracterizó la temporada pasada - Los rivales pasan de siete a 19 tiros a puerta en Liga y de tres a nueve en 'Champions'
Los equipos inclinados a contragolpear suelen desempeñarse en defensa con más solidez que los que juegan en campo contrario porque la mayoría de los entrenadores creen que cuanto más se tiene el balón más se acentúan los riesgos. Esta ley se cumplía con el Madrid de Mourinho hasta que empezó esta temporada. El partido contra el Ajax, ejemplo de contraataques bien resueltos (3-0), expuso problemas defensivos que la zaga que protege a Casillas no estaba acostumbrada a padecer hasta el verano. El Ajax, un conjunto sin apenas pegada que solo remató cuatro veces al Lyon en la primera jornada, obligó a Casillas a parar seis disparos. Señal de que algo en las marcas no iba bien.
El capitán madridista, y Carvalho, el líder de su defensa, no salieron felices de la noche de Champions del martes pasado. "No fue fácil", dijo Carvalho, ponderado por naturaleza. "Aunque hemos metido tres goles y hemos acabado ganando sin sufrir, podríamos jugar mejor. Tenemos que mejorar un poco, no jugamos tan bien como podríamos".
La baja de Pepe ha obligado a Mourinho a componer tres parejas de centrales
"Tenemos que mejorar un poco, no jugamos como podríamos", dice Carvalho
Casillas fue igual de claro: "Nosotros hemos ganado, pero nunca he tenido la sensación de que dominábamos al Ajax".
Casillas y Carvalho saben lo que dicen. Desde atrás las cosas se ven con menos optimismo. El Madrid actual es un equipo meticulosamente trabajado para impedir filtraciones adversarias en el área propia. Es lo que caracteriza la labor del técnico, José Mourinho, a lo largo del último año y medio: su preocupación por sellar la portería de Casillas con varias capas de hombres -zagueros, centrocampistas y atacantes- especialmente adiestrados para proteger su arco. Este perfil precavido permitió al equipo exhibir una estadística defensiva excelente durante la temporada pasada. Una estadística que se ha perdido en este curso. En los seis encuentros de Liga y Champions que lleva disputados, el Madrid ha recibido más del doble de remates en contra.
El año pasado, en las primeras cinco jornadas de Liga, el Madrid sufrió 33 remates en contra, siete entre los tres palos y un gol. Este curso ha encajado cinco goles, 19 tiros entre los tres palos y 50 en total. Son peores promedios que el equipo que dirigió Manuel Pellegrini en la temporada 2009-2010, que recibió una media de cuatro tiros a puerta por partido y menos de un gol en contra por jornada. Ahora el Madrid suma un tanto en contra por partido frente a adversarios que, sobre plano, tienen los colmillos gastados: Zaragoza, Getafe, Levante, Racing y Rayo.
La pareja de centrales define a los equipos. El Madrid actual se cimienta en dos jugadores que se parecen poco pero se complementan perfectamente: Pepe y Carvalho. Así lo ha dispuesto el técnico, José Mourinho, que, como todos los entrenadores, hace de la selección de sus centrales una decisión primordial. Una decisión que en las últimas semanas se ha visto obligado a tomar más de lo previsto. Pepe, según atestiguan los partes médicos oficiales, sufre una lesión muscular que, aunque no le impidió acabar el partido contra el Levante, le ha mantenido inactivo desde hace dos semanas. A la espera de los dos entrenamientos antes del viaje, su presencia en Cornellá el próximo domingo es una incógnita. Si no está listo, Mourinho se verá obligado a hacer algo que le está desagradando sobremanera: dejar la puerta de su portería en manos de una pareja poco habituada a coordinarse. Varane y Carvalho, o la dupla formada por Varane y Albiol, no habían competido en partido oficial hasta que debieron medirse contra el Rayo y el Ajax, esta semana. Las disfunciones son inevitables.
Esta temporada, entre Liga, Champions y Supercopa de España, el Madrid ha competido con cinco líneas defensivas distintas. Pero es en el centro de la zaga donde Mourinho ha cambiado más piezas que en la temporada anterior: tres parejas frente a las dos que ocupó hace un año.
Sergio Ramos, antes utilizado por Pellegrini y Mourinho como marcador central, ha permanecido en el lateral derecho. En Santander el técnico fue más lejos: prefirió colocar a Varane y Albiol en el medio de la línea y relegó a Ramos al banquillo. La decisión resultó extraña. Primero porque unos días antes Ramos había sido autocrítico con el juego del Madrid, cosa prohibida por el técnico. Segundo, porque Ramos ha repetido públicamente que su aspiración es consolidarse como central. Tercero, porque Pepe estaba lesionado.
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