Educación se reafirma en los recortes tras el escaso seguimiento de la huelga

Ni un paso atrás. Ese es el mensaje que ayer, después de que rematase la segunda jornada de huelga de los profesores en seis días, emitió la Consellería de Educación. Escudado en la ambigüedad, el director general de Centros de la Xunta, José Manuel Pinal, aseguró que el departamento "está abierto al diálogo". Eso sí, su concepción del diálogo implica que la orden de modificación del horario, una de las medidas más discutidas por los sindicatos de maestros y que aumenta cuatro horas semanales la carga lectiva de los docentes, no se toca. "No vamos a retirar la orden, porque es una medida imprescindible y en los centros se está aplicando con total normalidad", añadió.

Las centrales argumentan que la medida solo busca reducir profesores. Y en la manifestación de ayer, representación en la calle de un día de paro que registró un menor seguimiento que el del pasado jueves, se centraron en criticar "los recortes en educación" y en "la defensa de la enseñanza pública". "Después de cuatro manifestaciones, dos día de huelga general y varios paros de brazos caídos, después de recibir apoyo por parte de las Anpas y organizaciones estudiantiles", argumentó Anxo Louzao, secretario general de la mayoritaria federación de enseñanza de la CIG, "continuaremos con las movilizaciones".

De momento, la protesta de ayer se saldó con un menor apoyo del colectivo convocado, los profesores. La consellería cifró en un 16,13% el porcentaje de huelguistas, frente al 21,98% que había calculado para la protesta del pasado jueves. "Cuando la Xunta realice el recuento del profesorado al que se le ha aplicado el descuento en la nómina por la huelga", replicó Louzao, "se demostrará la veracidad de unos datos o de otros y que la Xunta miente".Pero las centrales sindicales tampoco mostraron el triunfalismo de otras ocasiones. Si la CIG afirmó que la parálisis de las aulas había sido "mayoritaria" y había mostrado "el rechazo rotundo a las medidas de la consellería y al recorte importante de profesorado", Comisións Obreiras (CC OO) rebajó el diagnóstico. "Es un momento difícil debido a la crisis", aseguró José Fuentes, de la rama de enseñanza del sindicato, "y la participación bajó respecto a la anterior". El ambiente en los institutos de Santiago confirmaba esta impresión: el malestar con las políticas de la Xunta hacia la escuela pública reina entre el profesorado, pero ni el contexto social y económico ni el enfoque sindical parecen contribuir a la movilización de los trabajadores de la educación.

Sin embargo, las centrales no ceden. Los números de FETE-UGT arrojan un 70% de seguimiento de la huelga. E incluso ANPE, el sindicato más próximo al PP y aun así convocante de las protestas, no da señales de replegarse a las tesis del conselleiro Jesús Vázquez. "Estamos bastante desencantados con la Xunta", señaló su presidente, Julio Díaz, informa Europa Press, "también por la reducción de liberados sindicales sin negociar".

Pero la Xunta no atiende a las razones sindicales. Después de glosar "la normalidad" que había presidido los centros a lo largo de ayer, José Manuel Pinal volvió a insistir en que el nuevo horario lectivo de los profesores "gana 60.000 horas semanales para mejorar la atención al alumnado con más necesidades". Y el responsable de Centros negó el recorte de 1.000 profesores.