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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Divorcio Laudrup-Serra Ferrer

El máximo accionista del Mallorca echa a Larsen, ayudante del entrenador, por criticarle

A Michael Laudrup no parece esperarle un gran futuro en el Mallorca. Ayer, el consejo de administración del club se reunió durante más de cinco horas y media para acabar anunciando la destitución del ayudante del técnico danés, Erik Larsen, por las contundentes declaraciones que realizó a la página web de su país Sporten.dk. El hombre de confianza de Laudrup se despachó a gusto contra Llorenç Serra Ferrer, vicepresidente deportivo y máximo accionista de la entidad balear: "Quiere controlarlo todo, pero no tiene la capacidad para hacerlo. En el fondo, es una mala persona porque podemos ver cómo trata a todos en el club. Te pago una cena si encuentras a alguien que pueda decir algo bueno de él".

"Es una mala persona. Nadie habla bien de él", dijo Larsen de Serra
Laudrup se queja de "la improvisación" al configurar la plantilla

La afrenta personal le costó el cargo a Larsen en un episodio más del enfrentamiento abierto que mantienen Serra Ferrer y el entorno de Laudrup. "Ninguna institución, ningún club, puede permitir que un empleado use esos términos hacia un directivo", explicó el presidente del Mallorca, Jaume Caldera, quien matizó que "ningún miembro del consejo pidió echar a Laudrup".

En este inicio liguero, el Mallorca ha ofrecido una pobre imagen, no muy lejana de la que estuvo a punto de costarle el descenso la temporada pasada. Pero tras el debate sobre la continuidad o no de Laudrup hay que buscar algo más que razones deportivas. Su relación con Serra Ferrer hace semanas que está hecha pedazos.

El divorcio, ahora público, se gestó durante la segunda vuelta de la pasada Liga, cuando el rendimiento del Mallorca cayó en picado. Al hombre de banquillo que es Serra Ferrer no le gustaron algunos detalles. Disposiciones tácticas fallidas, sustituciones a destiempo y una alarmante falta de motivación de los jugadores fueron rebajando el crédito de Laudrup ante quien tiene la última palabra en la parcela deportiva. Pero la salvación ayudó a suavizar las tensiones.

Se analizaron los errores cometidos y Laudrup pidió una plantilla con garantías, dentro de las posibilidades de un club que lleva acogido a la ley concursal desde mayo de 2010. Serra Ferrer, obligado a vender para aligerar la carga salarial, prometió al menos seis fichajes. Y cumplió. Al equipo se incorporaron ocho jugadores, la mayoría de ellos a coste cero: Calatayud, Chico, Pablo Cáceres, Zuiverloon, Tissone, Alfaro y Hemed, además del belga Ogunjimi, que no pudo ser inscrito al ser fichado fuera de plazo. Pero el problema no era la cantidad, sino la calidad. A juicio de Laudrup, se fichó tarde y mal. Ninguna de las incorporaciones cubrió las dos bajas más sensibles: la capacidad organizativa de De Guzmán y el olfato goleador de Webó.

Serra Ferrer se ha mantenido firme en su apuesta por jugadores que, a medio y largo plazo, pueden acabar dando un buen rendimiento. En más de una ocasión ha tratado de hacer ver a Laudrup que las arcas del Mallorca no dan para más: "Nuestro equipo no puede depender solo de un futbolista. El mejor jugador siempre es la plantilla porque el Mallorca no puede tener uno tan diferencial. Contamos con un buen grupo humano y deportivo, con una plantilla sólida y equilibrada para cubrir el objetivo de la permanencia. Me gustaría que las cosas les salieran bien porque se lo merecen", resaltó.

Lo que enervó a un hombre habitualmente tranquilo como Laudrup fue la "improvisación" del club en los fichajes. Tras asistir impotente a la devaluación de su plantel, el danés se desquitó a primeros de septiembre con una rueda de prensa incendiaria, llena de recados para Serra Ferrer: "Si juegas con fuego, de vez en cuando te quemas"; "si intentas fichar en el último minuto, te puede ir mal"; "había dinero para fichar el 1 de agosto, pero se hace el 1 de septiembre"; "si un equipo nos marca más de dos goles, ya hemos perdido el partido". Laudrup incluso se jactó de que, ante la escasa capacidad de reacción de sus superiores, intervino, sin éxito, para tratar de incorporar un refuerzo en el último momento: "En un solo día conseguí hablar con los que mandan en tres clubes importantes de la Liga. Pero, claro, era tarde".

Por ahora, la irregular marcha del equipo y la salida de tono del segundo de Laudrup no han hecho sino cargar de argumentos a la directiva. El danés podría estar en la prórroga de su etapa como entrenador del Mallorca.

Michael Laudrup y, al fondo, Llorenc Serra Ferrer.
Michael Laudrup y, al fondo, Llorenc Serra Ferrer.CORDON PRESS

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