La importancia de Özil
Los compañeros, los empleados del club, quienes le ven entrenarse a diario, dicen que Mesut Özil es el futbolista con más calidad técnica de la plantilla del Madrid. Y alguno, sin dudarlo, enfatiza: "Dormido". Nadie duda de su asombroso virtuosismo para resolver las jugadas. Lo que parece dejar claro esta sucesión de partidos atropellados de los últimos días es que en este Madrid el alemán tiene que jugar siempre, incluso sin estar a su mejor nivel, aunque parezca desencantado, acomodado o cansado. Sin Özil, el equipo pierde orden con la pelota. Y sin la pelota no queda casi nada. La remontada ante el Rayo (6-2) dio fe de esta circunstancia.
Özil estaba en la nómina del Werder Bremen cuando José Mourinho le llamó para decirle que con él jugaría siempre. El entrenador del Madrid suele dirigirse a ciertos futbolistas para declararles su apoyo incondicional. Lo hizo con Lampard, con Sneijder, con Milito y con Özil. Y Özil estaba encantado. Durante casi una temporada se convirtió en el eslabón creativo de un equipo contragolpeador. El descansillo en la escalera que va del pase de Alonso al desmarque de los delanteros. Un jugador necesario para poner el toque de precisión en el juego apurado del Madrid.
Fue titular hasta los clásicos de abril. Entonces Mourinho le dejó en el banquillo. Ante el Barça fue suplente en la Liga en el Bernabéu, regresó a la titularidad en la final de la Copa y fue sustituido en el descanso en la ida de la semifinal de la Champions para regresar a la suplencia en la vuelta. Desde entonces su nivel no es el mismo y el entrenador se lo ha hecho saber. Vio desde el banquillo el partido contra el Levante y comenzó como suplente ante el Rayo. Hasta que salió en el minuto 29. El Rayo ganaba por 0-1. Özil demostró que, incluso sin estar a punto, sigue siendo imprescindible. Sea para ofrecerse cuando tapan a Alonso, para meter en el partido a los puntas, para tirar paredes con Marcelo o para no perder el balón. Con él en faena, el Rayo reculó.
"Özil es un atacante, no un centrocampista", dijo Mourinho para expresar sus dudas a la hora de organizar su centro del campo alrededor de jugadores como el zurdo, poco habituados a ir y volver. El dilema está abierto para el técnico. Özil no le garantiza el robo de balón de otros, pero le promete que, con él en la cancha, el Madrid tendrá menos necesidad de perseguir rivales.
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