La Bolsa es una tómbola
Las malas perspectivas económicas provocan que el Ibex caiga un 4,6%
Es difícil interpretar las reacciones del mercado. Hay muchos nervios y la tendencia depende más que nunca del albur de las decisiones políticas. La semana pasada una acción coordinada de los principales bancos centrales para inyectar liquidez fue la excusa que tuvieron los inversores para decantarse por las compras. Esta semana los malos presagios económicos del FMI y la decisión de la Reserva Federal de no imprimir más dinero sino extender la vida media de sus tenencias de títulos del Tesoro han bastado para cambiar el humor de los inversores.
En este contexto el Ibex 35 se dejó un 4,6% de su valor. El viernes cerraba por debajo de los 8.000 puntos y en lo que va de año su pérdida acumulada supera el 18%. En el mercado de renta fija hubo mucha volatilidad aunque el castigo a los activos españoles fue menor que en el caso de la Bolsa. Así, la prima de riesgo o diferencial entre lo que paga España por su deuda a 10 años y lo que el mercado exige a Alemania (considerado el emisor europeo más fiable) cerró la semana en 345 puntos básicos, más o menos el mismo nivel que el viernes anterior, aunque llegó a alcanzar los 374 puntos el jueves.
"El mercado sigue pendiente de la evolución del problema soberano en la periferia europea, y de la falta de decisión de las autoridades políticas y monetarias para tomar medidas contundentes", explican los expertos de Banif en su informe semanal. "De no tomarse ahora [las medidas], las que se tengan que llevar a cabo en el futuro serán cada vez más drásticas y dolorosas", avisan.
Los analistas de Banco Sabadell, por su parte, se cuestionan si basta con la labor de los bancos centrales para atajar una crisis que con el paso del tiempo cobra dimensiones más peligrosas. "Las recientes acciones del BCE y de la Fed, sobre el fondo de una relativa parálisis o al menos insuficiencia de la acción política en ambos bloques, han puesto de manifiesto el especial protagonismo de la política monetaria en la contención y, en su caso, en la superación de las actuales turbulencias financieras y económicas", argumentan.
Europa sigue siendo el epicentro de los problemas. El principal riesgo de cara a las próximas semanas sigue asociado, según explican en Banco Sabadell, a la capacidad de las autoridades europeas de avanzar en cuatro frentes: el desbloqueo del sexto tramo de ayudas a Grecia del primer rescate (8.000 millones de euros); la aprobación de las nuevas prestaciones del Fondo de Estabilidad Financiera (mayor dotación, mejores condiciones, compras de deuda en el mercado secundario, créditos preventivos a los países y bancos en dificultades); aprobación y puesta en marcha del segundo rescate a Grecia, incluida la espinosa participación en él del sector privado; y afrontar la necesidad de recapitalización de los bancos. Casi nada, que diría un castizo.
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