El Teatro Real recibe a Los Secretos
El grupo publica 'En este mundo raro', su disco número 13 - El sonido del nuevo trabajo es menos recargado: "Hemos aprendido de los errores", afirman
Coinciden los integrantes de Los Secretos en la actitud con la que se enfrentan a su actuación, junto a la Joven Orquesta de la Universidad de Valladolid, del próximo 10 de diciembre en la casa madrileña de la ópera, el Teatro Real. Sin miedo. No es la primera vez que entran sonidos contemporáneos. Ya lo hizo la cantante estadounidense Alicia Keys a comienzos de 2010, con un mediocre resultado por culpa del mal sonido. "¿Miedo? Ninguno", responde Álvaro Urquijo. "Miedo me da el actuar en Palacio de Deportes de Madrid, que tiene una acústica malísima. Es cierto que el Real está preparado para sonar sin amplificación, pero el público puede estar tranquilo. Sonaremos bien. Y tengo la mano izquierda en plena forma".
El título responde a una pregunta que le hizo su hija a Álvaro Urquijo
"En el Real sonaremos bien, el público puede estar tranquilo"
Para grabar los nuevos temas se aislaron en un cortijo de Málaga
"Hablamos de lo mismo que Dylan, si eso es melancólico bienvenido sea"
Álvaro Urquijo, personaje clave del pop español de los últimos 32 años -los mismos que lleva con su grupo Los Secretos-, se remanga la chaqueta y enseña sus cicatrices ya curadas. "Un accidente doméstico estúpido en la puerta de mi casa, a las afueras de Madrid. Medio dormido, fui a llevar a mi hija a su último día de colegio y resbalé en una placa de hielo en la puerta de casa", explica Álvaro, de 49 años, como restándole importancia, mientras señala las marcas de los ocho clavos que le metieron en la mano izquierda y que estuvieron a punto de dejarnos sin uno de los más eficientes guitarristas españoles. "Empecé con la rehabilitación y la mano se me empezó a torcer. Literal", continúa. "Así estuve seis meses, incluso me afectó neurológica-mente. Si quería rascarme el ojo, mi dedo acababa en la oreja. Por fin encontré el medio adecuado, me operó y aquí estoy".
Es la principal razón de por qué Los Secretos, ilustres del barrio de Argüelles donde los hermanos Urquijo pasaron su infancia, han tardado cinco años en publicar disco. Ya está. La terraza en la planta decimotercera del hotel Puerta de América está decorada con un pez, que, sentado en una piedra, toma un café con cara de resignación. Es la ilustración de Rafa Sañudo -autor del último y algo polémico diseño del plano de Metro- que decora la portada de su disco número 13.
Se llama En este mundo raro y tiene un sonido tan inconfundible que reconforta comprobar que este quinteto madrileño, pese a las múltiples piedras (hace ya 12 años que murió el alma máter del grupo, Enrique Urquijo) siga por la misma senda: esa que está repleta de versos inspirados y melodías tonificantes heredadas del rock tradicional americano. "No hemos inventado nada nuevo. Nuestro lenguaje es universal", explica Urquijo cuando se le pregunta por enésima vez si no están cansados de ser el grupo de pop más melancólico de España. "En nuestras letras se habla de lo mismo que habla Bob Dylan o Leonard Cohen. Aunque ellos lo hacen mejor. Si eso es ser melancólico, bienvenido sea".
En este mundo raro nace de la explicación que el propio Álvaro le dio a su hija hace unos meses. Típica pregunta metafísica de críos que a los que los padres les cuesta responder. "Me pidió explicaciones sobre el mundo", cuenta. "Le di una explicación un poco simplona, pero no se me ocurrió otra forma para definirlo: este es un mundo raro y estamos empeñados en convertirlo en algo enrarecido". Quizá para hacerlo algo menos complicado, el grupo se marchó a un cortijo de la provincia de Málaga para grabar el álbum. Un retiro espiritual a lo Gran Hermano con un horario privilegiado. "Nos despertamos, nos duchamos y grabamos", cuenta Álvaro. "Podríamos ensayar y grabar en ropa interior o en traje de baño. Cenar, bebernos una botellita de vino y a la cama. Y si no bebíamos demasiado vino nos poníamos a grabar un poco más".
Hay En este mundo raro un sonido menos recargado, más pausado, más campestre, más elemental. "Menos es más", precisa Urquijo. "He aprendido de mis errores y he querido hacer un disco más sencillo".
Los Secretos tienen pinta de buenos tipos, siempre con una sonrisa en la boca. Pero... ¿por qué se pelean? El guitarrista Ramón Arroyo responde medio en serio, medio en broma: "Solo nos peleábamos, pero sin llegar a las manos, por perseguir a una mujer o porque alguien no cumplía su promesa al perder jugando al mus: la negativa de pasar por debajo de la mesa o pagar la mariscada".
Más Madrid: Urquijo refle-xiona en voz alta sobre los cambios que ha sufrido la música en Madrid y sus alcaldes, desde que empezó con el grupo junto a su hermano Enrique hasta ahora. "A Tierno Galván le tocó vivir un tiempo excitante. Pero es curioso cómo tampoco abrió nuevos locales de ensayo ni hay ninguna sala de conciertos que lleve su nombre. Con Alberto Ruiz-Gallardón no ha mejorado la cosa. Siguen pagando mal por tocar en los bares. Incluso muchos grupos jóvenes tienen que pagar por actuar en la capital. Pero que quede claro, yo soy apolítico y no me siento representado por ningún partido".
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