En Marte
Los articulistas llevan dos semanas escribiendo sobre los profesores: pocas veces he visto tanta redundancia. Mis disculpas al lector que ya esté harto, pero es que resulta muy difícil de entender que los políticos se llenen la boca hablando de la educación y luego la torpedeen: por ejemplo, los recortes quitarán profesores de apoyo para niños inmigrantes y marginados (y la brecha con la educación privada será cada día mayor). Los políticos también dicen ser fervientes defensores de la familia, pero tienen tan poca relación con sus hijos y los profesores de sus hijos que ignoran que las horas lectivas no son las únicas horas laborales. Según la OCDE, los profesores españoles trabajan en total menos horas que la media europea; pero, ¿cómo se mide eso? ¿Cómo se mide la atención a los alumnos, la organización de materiales, el reciclaje personal? La OCDE ofrece otro dato más objetivo: los españoles son los que más horas de clase dan. Y esto repercute en el trabajo real: más preparación, más corrección de exámenes; cuando he dado charlas en colegios he constatado el inmenso esfuerzo que la mayoría del profesorado invierte en su labor. Me gustaría saber cuántas horas trabajan los políticos españoles según la OCDE. ¿Y qué horas contabilizamos? ¿Solo las que pasan en el Congreso? ¡Y encima faltan tanto! Esos políticos aferrados a sus privilegios racanean con la enseñanza y solo sacarán el chocolate del loro (pobre lorito, siempre tan esquilmado). Una asamblea del APA del instituto Sierra de Guadarrama acaba de acordar por unanimidad abrir una cuenta en la que los padres meterán dinero para los profesores en huelga. Es una muestra de la alianza que, en defensa de la calidad de enseñanza, están formando los profesores y esos padres que sí conocen la realidad y sí se preocupan de sus hijos. Nuestros dirigentes, en cambio, siguen en Marte.
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