"La recuperación tras una burbuja es muy difícil"
Japón dejó de ser la segunda economía del mundo en favor de China mucho antes del terremoto que asoló el país el pasado mes de marzo. Hiroyuki Ito (Tokio, 1965), gestor de carteras de renta variable japonesa de Goldman Sachs Asset Management, explica que la tragedia ha provocado un significativo cambio en la sociedad más allá de lo económico.
Pregunta. ¿El estancamiento económico de Japón de tantos años llega a su fin?
Respuesta. El bajo crecimiento se ha debido, principalmente, a la deflación que surgió tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera. La apreciación del yen tampoco ha ayudado a los exportadores, pese a que hicieron un gran esfuerzo para reducir costes. Por supuesto que otra apreciación del yen sería muy perjudicial para las empresas, y el Gobierno es consciente de ello.
"Las fábricas se han recuperado antes de lo previsto del terremoto de Japón"
P. ¿No echa en falta reformas?
R. La deflación significa que la economía tiene un exceso de capacidad productiva, de empleos y de deuda, porque la recuperación cuando una burbuja estalla es muy difícil y lleva mucho tiempo resolverla. Uno de los temas es evitar una japanización de la economía, y la gente quiere saber cuál es la solución. Es algo que lleva mucho tiempo y que explica la baja tasa de crecimiento de Japón en estos años.
P. ¿Se ha acabado la deflación?
R. La economía se ha ajustado y ha reducido sus excesos. Ha hecho falta tiempo, pero está resuelto.
P. ¿Cómo está la economía tras el terremoto?
R. La mayor amenaza eran las perturbaciones en la cadena de suministro y los problemas energéticos. En abril, la producción industrial cayó a niveles muy bajos por la carencia de semiconductores que afectaron a sectores como el automóvil y que dependen en su mayoría de una fábrica situada cerca del terremoto. Las principales empresas enviaron a sus ingenieros a trabajar a esa planta, lo que ha permitido reanudar la producción mucho antes de lo previsto. Además, los trabajadores de la mayoría de las fábricas han renunciado a las vacaciones de mayo. El resultado ha sido que las empresas, que esperaban recuperar la normalidad para finales de diciembre, han retomado su ritmo de producción en junio y julio. Creo que deberíamos estar orgullosos de la tecnología japonesa y del esfuerzo que ha hecho su sociedad.
P. ¿Y cómo se han resuelto los problemas energéticos?
R. Pese a haber vivido un verano caluroso, no se han producido cortes energéticos. Todo gracias a una solución sencilla pero eficaz. En la temporada de verano en Japón, el pico de la demanda energética se produce los jueves a las dos de la tarde, cuando coinciden en consumos máximos tanto los hogares como las fábricas. Para evitarlo, las automovilísticas cambiaron el calendario laboral y los días libres pasaron a ser jueves y viernes, en lugar de sábados y domingos, algo que sorprende mucho a los europeos. Y en el consumo doméstico se impuso una mayor temperatura de hogares y tiendas, en torno a los 28 grados.
P. Pero el gran problema de Japón era el consumo privado.
R. El consumo estaba mejorando mucho ya antes del terremoto con crecimientos cercanos al 5%, según el indicador de ventas en grandes almacenes y tiene visos de que seguirá así. Las ventas de productos de lujo se han disparado tras el terremoto y también parece que han aumentado los matrimonios entre los jóvenes, lo que refleja un cierto cambio de actitud en una sociedad poco dada a disfrutar de la vida y enfocada más al trabajo.
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