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Reportaje:

Una puerta para los jóvenes

La Sala Parés exhibe los ganadores del concurso de pintura y fotografía Art >30

Para que el salto de los jóvenes artistas del mundo académico al profesional no sea un salto al vacío, en 2008 la Sala Parés creó Art >30, una iniciativa especialmente dirigida a los creadores menores de 32 años, para favorecer su acceso al circuito de las galerías, los coleccionistas y finalmente los museos. "No se trata solo de dar premios, sino de que, tras un duro recorrido académico, los jóvenes tengan la posibilidad de entrar en el mercado, y Art >30 cumple esta función", señala el pintor Joaquim Chancho, presidente del jurado, que ha seleccionado las obras de 10 artistas entre 86 participantes vinculados a 15 facultades de Bellas Artes de España y dos extranjeras, las de Burdeos y Lisboa.

Para cumplir su objetivo Art >30, que tomó el relevo del concurso de pintura que la Sala Parés organizaba desde hace 40 años, cuenta con el compromiso de adquisición de por lo menos una de las obras expuestas, por parte de siete empresas españolas. Sin embargo, la presencia de numerosos puntitos rojos, que indican la venta realizada, ya el día de la inauguración hacía presagiar que las adquisiciones serán muchas más. "En la anterior edición vendimos todo y en esta la calidad es aún mayor. Son obras más maduras, contenidas e introspectivas. Los precios son muy asequibles, oscilan entre 250 y 2.000 euros", indicó Joan Anton Maragall, director de la Parés, que en este caso no cobra el porcentaje habitual.

El concurso está restringido a las obras bidimensionales, pintura y fotografía, que si bien ha aumentado su presencia, "presenta características muy pictóricas", según Miquel Molins, ex director del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y presidente de la Fundación Banc Sabadell, patrocinadora del concurso. "Si se abriera a otras disciplinas, probablemente los medios electrónicos y audiovisuales dominarían y sofocarían la pintura. De todos modos, tal como demuestran sus obras, la mayoría son artistas multidisciplinares", añadió Molins.

Entre las obras, ya estaban casi todas vendidas las pinturas geométricas del barcelonés Gorka Piñol, que explotan las posibilidades de la matemática combinatoria a partir de un numero reducido de colores y elementos. Resultan menos llamativas, pero atractivas de una forma inquietante, las pequeñas pinturas de la madrileña Cristina Garrido, realizadas manipulando postales de obras de arte expuestas en la Tate de Londres, que han sido previamente borradas. Trata de la ausencia también la ibicenca Irene de Andrés con una serie de fotografías de interiores donde permanecen las huellas de quienes los habitaron.

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