El Tesoro italiano paga la deuda a tipos récord mientras la prima se dispara
Berlusconi recibe el respaldo de Bruselas al plan de ajuste en plena tormenta
"Somos un país fuerte, con una economía sólida. Tenemos una deuda pública elevada, herencia de los pasados Gobiernos, pero estamos capacitados para sostenerlo y pagar los intereses". Con estas palabras, pronunciadas en una reunión con José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, y el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, Silvio Berlusconi intentaba parar el ataque de los mercados, que ayer se cebaron especialmente con Italia.
Aseguró que las bases económicas de Italia son "muy buenas, porque el déficit del presupuesto es el segundo más bajo de la Unión tras el alemán, las familias están ahorrando y las empresas conteniendo su deuda". Las frases, dirigidas a los socios europeos y a los especuladores, llovían sobre Roma mientras los mercados sobrevivían a la enésima tormenta: la prima de riesgo rozó el máximo desde la creación del euro (más de 400 puntos) y en la subasta de bonos a cinco años la rentabilidad se elevó a un récord del 5,6%.
El primer ministro espera que la UE imponga un retraso de la jubilación
El primer ministro italiano desgranó fórmulas idénticas a las de principios de agosto pocas horas antes de verse obligado por el BCE a diseñar un plan de ajuste de urgencia. El mismo paquete de medidas -aumento del IVA del 20% al 21% y un impuesto adicional para las rentas superiores a los 300.000 euros- que el Congreso aprueba hoy con la moción de confianza número 50 de la legislatura.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, elogió ese plan, del que dijo "es importante no solo para Italia sino para el conjunto de la eurozona". Además, Berlusconi se permitió lanzar la propuesta de que la Comisión fuerce a los países a elevar la edad de jubilación, lo que ayudaría a los Gobiernos "a tomar una medida impopular", aseguró.
Pero Italia, con un volumen de deuda pública superior al 120% de su PIB, está considerado como el país con más posibilidades de ser el siguiente en necesitar la ayuda de sus socios del euro. En estas condiciones, el Tesoro italiano acudió ayer de nuevo al mercado y consiguió colocar bonos a cinco años por un valor de 3.865 millones de euros. La demanda era de 4.945 millones, solo 1,3% más. Pero Roma tuvo que aumentar la rentabilidad al 5,6%, el nivel más alto alcanzado por este tipo de deuda desde el ingreso en el euro (1999) y 0,67 puntos superior a la registrada en la última subasta del pasado 14 de julio.
Otra señal de la escasa confianza de los operadores hacia la capacidad de Italia de pagar su deuda es que la prima de riesgo (el diferencial entre el bono italiano a 10 años y el alemán del mismo plazo) llegó a tocar los 405,6 puntos básicos: muy cerca del récord histórico del pasado 5 de agosto, cuando alcanzó los 406 y cuando BCE se vio obligado a dirigir la compra de títulos de los países bajo sospecha de impago hacia Italia y España.
En el ojo del huracán, Roma busca salvadores a los que aferrarse y amplía su horizonte más allá del BCE, más allá de Europa. Por lo menos, eso revela Financial Times. El diario británico escribió que la semana pasada Tremonti recibió una delegación de autoridades chinas para convencerles de que comprasen bonos italianos. El Tesoro confirmó la noticia, pero China matizó que solo tienen pensado hacer inversiones industriales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.