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TELEVISIÓN

Jon Sistiaga con los hijos del diablo

Canal + estrena un reportaje sobre los albinos, víctimas de crueles sacrificios

Hijos del diablo. Así consideran en ciertos lugares de África a los albinos. Nacer con este trastorno genético hereditario sigue siendo la peor condena. Cualquier órgano suyo sirve para rituales de magia negra y los brujos pueden llegar a pagar 1.600 euros por una pierna. Además, si se arranca en vivo, mucho mejor, así se potencian los efectos del conjuro.

Jon Sistiaga ha viajado a Tanzania para hablar con las víctimas de las terribles y absurdas supersticiones por las que son mutilados y asesinados. El periodista denuncia esta dramática situación -"el horror con mayúsculas", asegura- en el reportaje Los blancos de la ira, que emiten mañana (21.00) Canal + y Canal + HD (dial 111 de la plataforma Digital +).

"Dicen que mutilar a un albino trae buena suerte o que violar a una mujer albina cura el sida", explica Sistiaga, que señala que en Tanzania el 60% de la población cree en la brujería, incluso entre la clase alta. Que los albinos no son humanos, sino fantasmas o presencias espectrales, es una leyenda común.

El periodista se ha sumergido en el submundo de chamanes y hechiceros para revelar una realidad desoladora de creencias ancestrales donde el ser humano todavía puede ser sacrificado. Acostumbrado a transitar "por los lados más oscuros de la condición humana", no concibe que en el siglo XXI existan "tipos que se dedican a ordenar ofrendas para alcanzar más poder, riqueza o amor contra otras personas por el simple hecho de tener un color de piel diferente".

Cuenta que ha recorrido muchas zonas en conflicto donde las violaciones y los crímenes son armas de guerra, pero el desapego por la vida que ha visto en Tanzania le ha dejado "devastado". "Detrás de esas atrocidades no hay razones religiosas o culturales. Detrás simplemente hay alguien que decide que un brazo de albino es bueno para encontrar los bancos de peces. Entonces es cuando se encarga el trabajo a los liquidadores, que irrumpen en las chozas a machetazos y se ceban en los niños, que son siempre los más débiles", se lamenta Sistiaga.

En los últimos tres años ha habido al menos 60 asesinatos rituales en el país, pero varias ONG calculan que pueden haber sido centenares.

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