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Reportaje:

El orgullo vinotinto de Túñez

El zaguero del Celta vuelve a sus orígenes para jugar con Venezuela

Uno de los veteranos de la caseta del Celta quiso tomarle el pelo con una pregunta: "¿Qué habrás hecho para que EL PAÍS quiera hablar contigo?". A Andrés Túñez todavía le cuesta reparar en el gran paso que dio la pasada semana, pero cuando rebobina asume que sí, que algo ha hecho: "Cumplí el objetivo de cualquier futbolista, ser internacional, y mi sueño, vestir la vinotinto".

Túñez, de 24 años, había recibido varias veces la llamada de Venezuela, pero nunca había podido atenderla. "Me fastidió perderme la última Copa América, pero no estoy dolido por ello porque el Celta se jugaba mucho en aquellas fechas". Ahora no hubo impedimento y se embarcó en una ruta inolvidable, la que le llevó a Calcuta para jugar apenas un minuto contra Argentina y luego a Caracas para disfrutar de la titularidad contra Guinea. Fue el regreso a los orígenes, a la ciudad en la que nació y vivió hasta los siete años. Demasiadas emociones cruzadas. "Tuve una mañana libre y fui a ver la que era nuestra casa y a la que considero mi segunda familia, los padrinos de mi hermano". No había regresado desde que partió, pero mantenía fresca la memoria. "Me acordaba de muchas cosas porque allí pasamos años muy felices. Mis padres decidieron volver a Galicia por el tema de la seguridad, pero hemos echado mucho de menos Venezuela, en especial mi madre. Sé que para ella fue especial que pudiera volver y también jugar con la selección", explica.

Debutó en Calcuta donde apenas jugó y fue titular contra Guinea en Caracas
Aspira a hacerse un hueco en el mejor once venezolano de los últimos tiempos

La familia Túñez Arceo vivía en el barrio de La Candelaria, feudo de la numerosa emigración española. "Mi padre trabajó primero en un restaurante y luego tuvo una carnicería, mi madre era ama de casa. Yo iba al colegio La Salle, el mismo en el que seguí cuando regresamos a Santiago. Ahora mis padres tienen un restaurante, el Fogar de Maguxe, en Ortoño", detalla el futbolista, embajador del negocio de familiar -"el mejor sitio para comer carne"- y de su país de origen. "Venezuela es un lugar maravilloso para vivir, con una gente única. La seguridad es una pega, pero si te sabes mover no tienes por qué tener problemas". Tanta pasión le animó a entonar en el preludio de los partidos la letra del Gloria al Bravo Pueblo, el himno bolivariano, una arenga patriótica compuesta para encender el fervor revolucionario de los pueblos americanos ante el dominio español. Túñez reduce el detalle a categoría de anécdota -"es la letra del himno, ya de pequeño lo cantaba y aproveché los traslados en el avión para recordarlo"- y rescata "el hecho de vestir la camiseta vinotinto para alguien que la siente tanto".

Su debut en Calcuta es un recuerdo imborrable, pero jugar en Caracas, donde la selección había estado ausente los últimos cinco años, deja en Túñez un poso de emoción que se refleja en su relato. "Todavía se me ponen los pelos de punta cuando recuerdo el momento de salir al campo y la gente empezó a cantar. Impresiona. ¡Fue todo tan bonito que ni en mi mejor sueño me lo podía imaginar así! Soy venezolano y me siento venezolano".

Ahora espera tener continuidad. No será sencillo. Venezuela disfruta del mejor momento futbolístico de su historia, el de un pais volcado con el beisbol que empieza a disfrutar del gusto de jugar la pelota con los pies. Las semifinales en la Copa América alertan sobre el potencial de un grupo en el que ahora se integran dos centrales zurdos como Túñez y Amorebieta, zaguero del Athletic que llegó a estar convocado sin debutar con la selección española. "Viendo el plantel que tenemos es para estar ilusionado" -reconoce el defensa celtiña- "porque además hay bastantes jugadores disputando ligas importantes. El recibimiento a los que hemos acudido nuevos por parte de los compañeros y de los aficionados ha sido perfecto y sentimos que nuestro objetivo es, sin lugar a dudas, clasificarnos para el Mundial de Brasil". Completar ese camino, inédito en la historia futbolísitica del país, exige dentro de un mes un duro comienzo para el equipo que dirige César Farías con una doble cita en Quito ante Ecuador y contra Argentina un Puerto La Cruz, una oportunidad en la que el entrenador baraja la opción de armar dos equipos, uno que juegue en la altura quiteña y otro que prepare el duelo en terreno venezolano. "No nos han comentado nada, lo único en que pienso es en centrarme en el Celta para tener minutos", explica Túñez, casi inédito la campaña anterior, zaguero solvente cuando tiene la oportunidad de salir al campo.

El jugador del Celta, Tuñez, posa con la camiseta de Venezuela con la que debutó la pasada semana.
El jugador del Celta, Tuñez, posa con la camiseta de Venezuela con la que debutó la pasada semana.L. R.V.

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