El rock despúes de los 50

Es un tópico extendido aquello de que los grupos de rock que prolongan su vida indefinidamente acaban convirtiéndose en máquinas de facturar. Por lo visto el sábado en la segunda jornada de Rock in Way hay que revisarlo. The Specials y The Toy Dolls demostraron que hay grupos que nunca mueren y aunque ya no vayan ya a aportar grandes cosas a la historia del rock siguen siendo capaces de hacer pasar un buen rato a miles de personas. En esto consisten los macrofestivales como el del Monte do Gozo.

Antes de llegar el momento estelar, ya se habían presentado otros veteranos ilustres, pero del rock nacional. Siniestro Total tiraron de repertorio y de alguna canción de su último disco para ofrecer un concierto en el que mostraron que siguen pasándolo bien sobre el escenario. Julián Hernández estuvo ocurrente, aunque no era fácil calentar el ambiente con la luz del sol todavía brillando. Después subieron al escenario principal The Charlatans, una banda británica que formó parte de lo que a finales de los ochenta se llamó sonido Manchester. Los grupos de las islas son como los equipos brasileños de fútbol, pueden no ser excelentes pero siempre alcanzan una nota media elevada. Esta banda dejó buen sabor de boca a los que disfrutan con un estilo musical que Stone Roses o Happy Mondays llevaron a sus más altas cotas. Antes de The Specials pasaron por el escenario secundario el rapero Tote King y los vascos Delorean. Contar con un cartel ecléctico como el del Rock in Way quizás resta personalidad al evento, pero hace posible que gente con gustos muy diferentes pueda disfrutar juntos en un mismo recinto.

The Charlatans dejaron buen sabor de boca con su sonido Manchester

The Specials eran para muchos las estrellas del festival y en cuanto a público lo demostraron: dos o tres mil seguidores más que los que el día anterior habían seguido a Offspring. No defraudaron. Repasaron la trayectoria que les llevó a erigirse en jefes del revival ska británco de los setenta, aunque lejos del estilo irreverente de Madness, los otros reyes del género. Specials apuestan por una puesta en escena elegante y un sonido original en el los vientos solo se incorporaron en la segunda parte. Toy Dolls mostraron a continuación que siguen siendo capaces de transmitir energía punk. Los veteranos revivieron viejos tiempos y los jóvenes comprobaron que el punk de la que les hablaron sus padres sigue viva.

En resumen, el festival que reabrió el Monte do Gozo terminó con más luces que sombras, aunque está por ver que logre consolidarse como el gran festival que siempre se ha echado de menos en Galicia. Los organizadores tendrán que evaluar si no es preferible adelantar el festival para tratar de asegurarse más afluencia y que el tiempo acompañe. La sombra de la lluvia sobrevoló los conciertos, pero esta vez la suerte acompañó. Apenas cayeron unas gotas el sábado. Las críticas por la escasez de baños y las dificultades para acceder a las barras parecen inherentes a estos encuentros.