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ESTA SEMANA
Columna
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Elogios

Ahora todo son elogios. Pero hasta hace muy poco solo llegaban críticas más o menos veladas. Las frustradas operaciones con Caja Castilla-La Mancha y Cajasur aparecían como un pesado lastre en su currículum. Era el mayor reproche cuando, en realidad, deberían haberse interpretado estas fallidas iniciativas como el signo más evidente de su apuesta por la solvencia, de su respeto absoluto a ese principio que mantiene a sangre y fuego: nunca haría nada que fuera en contra de los intereses de Unicaja, criatura que creó de la fusión de unas cuantas cajas muy modestas y partiendo de la de Ronda allá por 1989.

Esa, y no otra, ha sido la principal guía que ha movido los pasos de su presidente, Braulio Medel, en una trayectoria que se ha visto culminada ahora con la integración con Caja España-Duero. A estas alturas de su carrera profesional sabía que por muchas presiones que recibiera del estamento político no iba a asumir aventuras como la de la caja castellano-manchega sin tener los números claros o, mejor dicho, porque los tenía bien claros, ya que de seguir sumisamente esos criterios ahora estaríamos en una situación bien diferente, dada la envergadura de los agujeros financieros que escondían sus libros. Y lo de la fenecida caja cordobesa es para escribir toda una enciclopedia. Los curas optaron por el "haraquiri" antes que por cerrar un buen negocio con Medel en un ejercicio todavía por explicar y que ha salido prácticamente gratis a sus promotores.

Los hubo incluso que comenzaron a poner en circulación esa especie de que el presidente de Unicaja había caído en desgracia para el PP, lo cual era ya mucho decir si se tiene en cuenta que los populares van por ahí repartiendo cargos ante la que consideran más que segura victoria tanto en las elecciones generales como en las andaluzas. Y eso es poco si se consideraran igualmente las "maldades" que procedían del propio sector, donde la firmeza y el rigor que le caracterizan en las negociaciones, la mano firme con la que gobierna su entidad, eran poco entendidas por otros advenedizos, ansiosos del poder y la gloria que conllevan puestos de tan alta responsabilidad. Miserias humanas que han quedado desvanecidas por el golpe dado y que ha supuesto la creación del tercer grupo de cajas de España situándose entre las 10 primeras entidades financieras del país. Y todo, con sede en Andalucía.

No es de extrañar, por tanto, que Griñán se explaye en felicitaciones hacia él y, además, en presencia del copresidente de Banca Cívica, Antonio Pulido. No puede disimular su contrariedad por no haberse acometido la creación de un gran grupo andaluz en torno a Unicaja. Decidieron emprender caminos diferentes y de incierto futuro. Difuminadas en otros conglomerados, han de hacer ahora notables esfuerzos para no perder su vinculación con el territorio que les vio nacer.

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