Amazon impone su ley
La compañía afianza su hegemonía en el comercio electrónico
Cuando se habla de la competencia en la era digital, hay cuatro nombres que destacan sobre el resto: Google, Facebook, Apple y Amazon, protagonistas de la revolución del consumo. En esta banda de los cuatro, Amazon despunta como la mayor firma de comercio electrónico, con unas ventas de 9.910 millones de dólares en el segundo trimestre de este año.
Para dar una idea del empuje y el potencial de la compañía, esa cifra representa un incremento del 50% respecto a la facturación del año precedente, que Amazon cerró con unas ventas -en todo el ejercicio- de 34.200 millones. Sus ejecutivos esperan que en el tercer trimestre se superen los 11.000 millones y lleguen a los 17.000 millones en el cuarto, con las compras navideñas.
Su fortaleza está en la enorme capacidad de mover contenidos en la Red
Y todo esto mientras sobrevuela sobre el mundo el fantasma de la recesión. La empresa puntocom estrena su tienda virtual el próximo jueves en España. Su historia se remonta a 1994, cuando fue fundada en Seattle (EE UU). Empezó vendiendo libros de papel, después música en discos compactos y películas en DVD y ahora es un verdadero hipermercado que ofrece al precio más bajo todo tipo de productos.
La mayoría son ventas directas, aunque también actúa como plataforma para terceros, como Target. El grueso de sus operaciones (55,4%) se realizan en EE UU. El desembarco en España sigue a su implantación en Canadá, Francia, Alemania, Japón, Reino Unido, Italia, Austria y China. Tiene 140 millones de clientes.
Amazon sería una especie de Walmart de Internet, por el dominio que ejerce en el comercio minorista en la Red. Pero su tamaño en cuanto a ingresos es inferior al de cadenas comerciales físicas como la propia Walmart, Costco o
Target. Lo que le diferencia de ellas son sus negocios paralelos, que con el paso del tiempo pueden ser muy lucrativos. Y ahí es donde se concentran los analistas cuando presentan resultados.
La fortaleza de Amazon está en que controla la infraestructura que permite mover contenidos por Internet. Es, de hecho, una de las pioneras en la computación en la nube (cloud computing), donde los gurús en tecnología anticipan que se va a librar la próxima batalla por los ingresos. El nuevo diseño busca poner más énfasis en los productos digitales, como los libros electrónicos -que comercializa a través de su plataforma Kindle-, juegos virtuales y aplicaciones. La maniobra no responde solo al empuje de Google, Facebook y Apple, sino también a la cada vez mayor presencia de Walmart en la arena del comercio electrónico.
También de Netflix, el videoclub virtual que está causando furor en EE UU y que también tiene previsto llegar a España en breve. Amazon ofrece a través de su portal la posibilidad del visionado instantáneo de contenido audiovisual. Y para combatir a Netflix está llegando a acuerdos con cadenas de televisión convencionales, como CBS. En marzo lanzó, además, Cloud Drive, un servicio que permite al usuario almacenar música y archivos en los servidores de Amazon para acceder a ese contenido desde el ordenador, el teléfono móvil o cualquier otro dispositivo electrónico. Es algo similar a lo que hacen sus tres más próximas rivales.Su próximo gran proyecto, coincidiendo con la renovación de su portal, pasa por lanzar una tableta electrónica de bajo coste. Ese podría ser el nuevo catalizador para potenciar los ingresos en la era digital.
El beneficio neto de Amazon es solo de 191 millones, 50 veces menos que sus ingresos. Eso se debe a que está invirtiendo con agresividad para expandir su infraestructura y en el desarrollo de nuevos productos. Tom Szkutak, director financiero, insiste en que es una estrategia que responde a una visión a largo plazo.
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