De pie con Guardiola
El 'virus FIFA' y la Real Sociedad preocupan al Barcelona, animado por el ascendente de su técnico y la recuperación de sus lesionados, entre ellos Puyol
A Pep Guardiola, entrenador del Barcelona, le abruma, o "incomoda", como dice él, que al día siguiente de que el Parlament de Catalunya le conceda la máxima de las distinciones, la Medalla de Honor, los periodistas le recuerden en la sala de prensa que los catalanes se han levantado "muy temprano, sin reproches ni excusas, todos dispuestos a trabajar", convencidos de que de esta manera Cataluña "es un país imparable", la misma frase que el técnico utilizó como punto final a su glosa para corresponder, el jueves, al premio recibido.
La afirmación funciona ya en las redes sociales, y también en determinadas tertulias y reuniones, como eslogan político del independentismo catalán de la misma manera que es utilizada como una declaración de sedición por parte del nacionalismo español. Al entrenador azulgrana, figura carismática del barcelonismo-catalanismo, le preocupa el país, el Estado, la Unión Europea y la vida, pero por encima de todo le ocupan dos cosas: que cada uno en la vida haga su trabajo lo mejor que pueda y que el Barcelona le gane hoy a la Real Sociedad en Anoeta.
"A nuestro 'gasol' hay que cuidarle", dice Pep sobre Piqué, la única baja
A Guardiola le gusta el equipo donostiarra. "Porque juega como nosotros, un 4-3-3, y su partido en El Molinón nos dejó una imagen sorprendentemente agradable: dos centrales que salen jugando, laterales que acompañan, interiores que tocan y un buen gusto por el fútbol". Por otra parte, le incordian las circunstancias del encuentro, tales como el horario (18.00), el calor y también el maldito virus FIFA, especialmente manifiesto en las jornadas posteriores al parón de septiembre causado por las distintas selecciones.
El Barça perdió el año pasado en el Camp Nou contra el Hércules, el anterior ganó con suerte en Getafe y en el de más allá empató en casa con el Racing en tres partidos jugados la segunda semana de septiembre. A efectos contables, se dejó 6 sobre 15 puntos en los encuentros de Liga que siguieron al parón en la primera temporada de Guardiola (2008-2009), 6 de 12 en la siguiente (2009-2010), y cinco en la pasada. Además de por la estadística, el adversario y la solana, el riesgo de no ganar aumenta porque tanto elogio como el recibido por Guardiola no solo atonta, sino que puede llegar a "fundir", según dijo el protagonista.
A favor del equipo juega que ha recuperado a la mayoría de sus lesionados. Regresan a la convocatoria Afellay, Mawxell, Adriano y hasta Puyol, que se operó tres días después de la final de Wembley de una lesión en la rodilla izquierda detectada en enero y tan preocupante que incluso mereció el silencio en los partes médicos. Ya solo falta Piqué: "A nuestro pau gasol hay que cuidarle porque sufre una lesión en una zona delicada", precisó Guardiola, contento por recuperar a Puyol. "Nuestro capitán es muy eficaz y nos hace sentir más fuertes".
Puyol solo jugó al final del curso pasado en la Liga y la Champions contra el Madrid, como si fuera el Sant Jordi catalán, y ahora aspira a ponerse en forma para recibir el martes al Milan. "Les necesitaré a todos", advierte Guardiola. "Jugaremos siete partidos en 23 días". Al entrenador se le nota feliz consigo y con el equipo, dispuesto a reconquistar el fútbol, con humildad y esmero -la expedición viajó ayer a San Sebastián, un día antes del partido, contra la que es su costumbre, porque el choque se juega a las seis-, y porque confía en sus jugadores.
"Mis sensaciones respecto a la temporada pasada son parecidas. Entonces llevábamos un título y ahora hemos cumplido con dos", matizó. "Nuestra mayor dificultad será el día a día de la Liga porque, en caso de llegar, competiremos bien contra los grandes en las rondas decisivas de la Copa y la Champions. El asunto consiste en ser competitivos, dar lo mejor de nosotros, actuar igual que en las tres temporadas anteriores, en partidos como el de la Real o después ante Osasuna". A Guardiola le preocupan más los días laborables que las fiestas de guardar.
Ni siquiera la mayor de las distinciones que concede el Parlament de Cataluña engordó su ego, ni le ruborizaron las portadas que le dedicó la prensa catalana, por proyectar "una Cataluña culta, cívica y abierta, y haber promovido valores como el de la deportividad, el trabajo en equipo, el esfuerzo y la superación personal", argumentos que justificaron la concesión del premio. "Yo no quiero ser ejemplo de nada, ni tengo más presión que antes, sino que reivindico el amor por el trabajo".
"¿Mi reto?", se preguntó en voz alta; "ganar a la Real". Y, ante la insistencia de los periodistas sobre su meta, función y aspiraciones en la sociedad civil catalana, requerido respecto a una posible presidencia o función institucional, respondió: "Nos volvemos todos un poco locos. Solo soy un entrenador que intenta hacer bien su trabajo, no tengo vocación de político. Me pregunto: ¿Soy yo mejor que otros entrenadores? ¿Habría ganado 12 de 15 títulos sin estos futbolistas? Únicamente me siento orgulloso de ser contemporáneo de mis futbolistas".
Guardiola está convencido, por otra parte, de que si un club depende excesivamente de su entrenador significa que no va por buen camino porque no es una entidad fuerte. "No se trata de considerar si voy a seguir mucho tiempo o no", precisó. "Independientemente de quién sea el técnico, la institución funcionará si sigue fichando bien, que es la base de todo, y si respeta su idea de juego". "A los profesionales nos corresponde trabajar bien, cada uno en lo suyo, y todo irá mejor", añadió.
Impregnados por su manera de ser, cuantas autoridades desfilaron por el Parlament el jueves se desvivieron por cumplir mejor que nunca con su tarea, sobre todo el presidente catalán Artur Mas, capaz de recoger en un discurso improvisado lo mejor de la jornada con capacidad de síntesis y convicción. "Dices que no quieres ser ejemplo de nada, pero, aunque no quieras, lo eres", le espetó al homenajeado. "De momento, me centro, nada me cambia nada, y espero encontrar remedio a la situación cuando la gente esté descontenta; y si no puedo daré un paso al lado para que entre gente nueva", respondía ayer él.
El Milan arranca con un empate
El Milan, vigente campeón de la Liga italiana y primer rival del Barcelona en la Champions (el próximo martes a las 20.45), debutó ayer en la Serie A con un empate a dos en casa ante el Lazio. En un partido correspondiente a la segunda jornada del campeonato (como en España, la primera no se disputó por una huelga de los futbolistas), los rosonneri vieron como su rival llegaba a disponer de dos goles de ventaja, merced a los tantos anotados por el alemán Klose y el francés Cissé en los 20 primeros minutos de partido. Todavía en la primera parte, Ibrahimovic, que remató a puerta vacía una buena jugada de su equipo, y Cassano, de cabeza, igualaron el duelo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.