Pau borra la cicatriz de Teodosic

Un año y un día después, en Vilna, a miles de kilómetros de Estambul, en otra competición y otras circunstancias, España se quitó de encima la losa que soportaba desde que Teodosic la reventó en el Mundial con un triple atómico. Entonces Pau Gasol presenció el varapalo desde la tribuna de comentaristas de televisión. Esta vez le bastaron 23 minutos en la cancha para borrar la cicatriz que dejó en su equipo aquel acierto del base serbio.

El poderío de Pau fue apabullante, un salvoconducto para los cuartos de final. España estará en ellos, aunque le queda un partido, mañana ante Francia, que determinará su puesto en la segunda fase. Pero los cálculos sobre los posibles rivales pasan a un segundo término cuando un equipo exhibe armas tan demoledoras: Pau, la defensa tanto individual como en zona, el rebote -11 capturas más-, el ritmo..., casi todos los resortes, a excepción del porcentaje en los triples y los tiros libres y un apagón productivo cuando todo estaba dicho y encajó un 0-13 en cuatro minutos, ya en el último cuarto, tras alcanzar una ventaja aplastante: 70-41.

España tomó altura a medida que Pau se hizo el amo y señor. Los serbios se quedaron pronto sin respuesta, para el arrastre. Sus pívots no resistieron más allá de un par de embestidas. Ivkovic modificó su quinteto habitual para interponer más forcejeo y kilos en el camino de Pau. Debió de suponer que Savanovic no posee contundencia para frenar a un gigante tan virtuoso. Prefirió encomendar la misión a Macvan. Solo las dos faltas que cometió Pau muy pronto, en tres minutos, perturbaron ligeramente su empeño.

Marc Gasol, con 20 puntos y 10 rebotes, formó otra vez un dúo imparable con su hermano en la zona. Calderón, entonado como ante Lituania, engrasó el ritmo. Navarro, pese a su mal porcentaje en los lanzamientos, superó a Tepic y Paunic. Y Rudy Fernández, con ramalazos que dotan al equipo de energía, tiró igualmente del carro. España, bien pertrechada atrás, se sintió cómoda.

Teodosic, frenado por Calderón y Ricky Rubio, no vio por dónde hincar el diente a la defensa española. Los jugadores que refrescaron al quinteto titular se encontraron con un escenario idóneo. Ibaka evidenció pequeños errores en detalles técnicos. Pero todos anotaron y hasta se atrevieron con algunas acciones de fantasía, como una asistencia por la espalda de Sada a Claver.

El mayor de los Gasol siguió a lo suyo, sembrando el terror en un rival sin antídoto: ni Macvan, ni la defensa en zona, ni su joven gigante, Marjanovic, ni Perovic. Y Krstic bastante tuvo con intentar mantener a raya a Marc. Pau concluyó con 26 puntos. Los logró de todos los colores: acciones de pívot, mates, en contraataque o un triple. Además, sumó ocho rebotes, tres asistencias y dos tapones, todo en 23 minutos. Serbia quedó reducida a cenizas y España se quitó un peso de encima, el del maldito triple de Teodosic.