"Un cerebro entrenado afronta mejor el alzhéimer"

El neurólogo Gurutz Linazasoro presentó ayer el libro Ciencia diaria en la Sala Kutxa de San Sebastián, un manual donde recoge un centenar de artículos publicados en El Diario Vasco con el fin de "estimular al lector su lado cognitivo" y darle claves para "recargar el cerebro". El dinero que se recaude irá destinado a la Fundación CITA-Alzhéimer, centro que dirige y que tiene en marcha un ambicioso proyecto para el diagnóstico precoz del alzhéimer.

Pregunta. ¿Cómo se mantiene en forma el cerebro?

Respuesta. No hay una receta mágica. Nacemos precableados para muchas cosas; para hablar, ver, oir, incluso amar y creer. El entorno en el que nacemos nos influye constantemente en ese precableado y toda esa experiencia influye en el estado de salud de nuestro cerebro. Al día de hoy se sabe que si somos capaces de mantener el cerebro libre de pequeños infartos cerebrales y somos capaces de enriquecer el cerebro con cuatro o cinco pautas se puede lograr un cerebro mejor preparado, entrenado, para afrontar enfermedades como el alzhéimer.

"Los cambios en el cerebro aparecen muchos años antes de los sintómas"

P. ¿Cuáles son esas medidas?

R. Dieta mediterránea y pobre en calorías, esto aumenta la capacidad de producir nuevas neuronas; ejercicio físico moderado; interacción social; ejercicio psicológico o actividad mental moderada y por último, evitar el estrés.

P. ¿Se puede prevenir el alzhéimer?

R. Al día de hoy, no. Por muchas cosas que uno haga, la genética o factores que se nos escapan pueden más que lo que nosotros podemos hacer para prevenir.

P. ¿Cuál es paso más importante que se ha dado en relación al alzhéimer?

R. El avance más importante ha sido el habernos dado cuenta de que la patología, los cambios en el cerebro, aparecen muchos años antes de los primeros síntomas y que eso se debe al depósito de proteínas anómalas. Si somos capaces de detectar esas anomalías años antes de que aparezcan los síntomas, habremos dado un grandísimo paso.

P. CITA -Alzheimer tiene en marcha un proyecto para el diagnóstico precoz del alzheimer con 500 voluntarios. ¿Es algo que nos afecta a todos, desde individuos sanos a los que tienen riesgo?

R. La clave está en adelantarnos lo máximo y para ello debemos saber diferentes perfiles de riesgo. La contribución que puede hacer una persona sana sin ningún factor de riesgo es también muy importante porque quizá ahí encontremos elementos que defienden contra el alzhéimer y eso es tan importante como saber cuáles lo producen.

P. ¿Cuál es la actitud que debe tomar la sociedad ante una enfermedad que actualmente afecta a 36 millones de personas en el mundo?

R. Una actitud seria y optimista. Seria en cuanto que hay que tomarse en serio el problema porque las previsiones van a peor [135 millones de personas con alzheimer en 2050]. Tiene que ser un asunto prioritario porque supone una carga a la sociedad brutal. Pero hay que mirarlo con optimismo porque cada vez vamos más rápido en los avances científicos y tecnológicos y confío en que demos con terapias que mitiguen mucho el impacto de esta auténtica epidemia en la sociedad. Por otro lado, hay que ser intrépido y meterse en terrenos que no sabes de momento qué resultados van a dar pero que intuyes que pueden ser positivos. En esta línea estamos en la Fundación CITA-Alzhéimer.

P. ¿Con mayores inversiones en empresas biotecnológicas?

R. En el caso del alzheimer es la única manera de derrotar la enfermedad. A base de investigación, investigación y más investigación. No hay otro camino. Podemos pensar en hacer más residencias, en mejorar la situación de los discapacitados pero para erradicar una enfermedad nos hace falta una vacuna, una terapia muy eficaz. Si se encontrara una medida que fuese capaz de retrasar el inicio del alzhéimer una media de cinco años, no curarlo, sino retrasar el inicio de los síntomas estaríamos disminuyendo la prevalencia en un 50% ya que es una enfermedad que se da en edades muy avanzadas.

P. Se está estudiando una vacuna contra el alzhéimer.

R. Lo veo muy positivo pero los resultados no están siendo buenos. Cabe la posibilidad que los resultados no estén siendo satisfactorio porque se aplica la vacuna muy tarde. Si la aplicaramos antes igual sería muy eficaz pero para eso debemos identificar a esas personas que están en riesgo máximo de desarrollar alzhéimer.