La CEG recuperó apoyos y saneó las cuentas
En marzo de 2001 una renovada junta tomó el testigo del gobierno transitorio que sucedió al convulso mandato de Antonio Ramilo. La nueva dirección, encabezada por el empresario de la construcción Antonio Fontenla "se encontró con una organización casi desahuciada en cuanto a que la deuda conocida se incrementaba día tras día". Ante semejante escándalo los socios se esfumaron. Pero quedó en pie el respaldo de las confederaciones provinciales. Comenzaron a tejer un plan de viabilidad para arreglar el desaguisado "y recuperar el espacio" que venían cubriendo desde su fundación. Transcurridos 10 años, la CEG valora ese periodo "como una difícil travesía, sobre todo en sus primeras etapas". "A día de hoy, las cuentas de la CEG están encauzadas. Los fondos propios negativos se redujeron en un 84% desde la base de 6,3 millones de euros. Todo esto fue posible porque la junta y la asamblea adoptaron la decisión de destinar todos los resultados positivos a saldar la deuda".
En 2009 los beneficios fueron de más de 800.000 euros y en 2010 superaron el millón de euros. La patronal admite que todavía arrastra "un pasivo razonable que espera resolver en el plazo de unos cuantos años, pero lo más importante es que ha recuperado y reforzado su credibilidad".
Respaldo de la Xunta
Las bajas de socios que se produjeron en 2000 se han cuadriplicado al alza, y el número de empresas que integra su consejo asesor se ha duplicado hasta llegar al centenar. "Cada vez son más las organizaciones, instituciones y administraciones que ven en la CEG a un socio serio y riguroso para llevar a cabo sus proyectos. En estos momentos trabajamos en importantes iniciativas junto con la administración gallega, nacional y europea", aseguran antes de concluir que "aquellos problemas se han dejado atrás".
También han recuperado la confianza de la Xunta, que durante la etapa del bipartito en el Gobierno promovió la Ley de Participación Institucional por la que reciben alrededor de un millón de euros anuales por su labor representativa. El año pasado y con Javier Guerra como titular de Industria, patronal y Administración firmaron un convenio para que la organización que dirige Fontenla abra oficinas de apoyo a la exportación en varios países del mundo. La CEG recibirá por ello 18 millones de euros. Un año después, todavía no se ha anunciado la creación de ninguna. "Pronto habrá noticias", aseguran.
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