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Columna
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Adjetivos

Sé que esta columna no es un espacio de crítica cinematográfica, sobre todo porque un director de cine suele ser un cronista demasiado excesivo en sus consideraciones -las películas que le gustan las sube a los altares con adoración y las que no, las odia con pasión-. Pero como hace un par de días la nueva película de Pedro Almodóvar recibió una importante somanta de palos unas páginas más allá, me apetece dar otro punto de vista. No por equilibrar, que eso sería arrogante y poco realista, sino porque desde que la vi no me puedo quitar La piel que habito de la cabeza.

Siempre he pensado que ver cine es un juego de expectativas. Y que las películas sorprenden o decepcionan, es decir, que se comparan con la idea que teníamos de la película antes de verla. Mejor o peor. Para bien o para mal.

En el caso de la nueva película de Almodóvar me habría encantado entrar en el cine completamente virgen, sin saber nada del argumento, porque los trailers y los artículos sobre ella me habían dado muchas pistas acerca de la trama. Eso le viene fatal al tipo de estructura con saltos en el tiempo que tiene la película, donde la información se desgrana de forma muy gradual, y muy brillante, por cierto. El caso es que me había formado una idea de la película bastante equivocada, pero lo bueno de ir al cine es que te calla los prejuicios de un mazazo. ¿Grotesca? No, fascinante. ¿Manierista? No, concienzuda.

Almodóvar ha hecho una película milimétrica, con una puesta de escena tan cristalina como rigurosa. Resumiendo, podría decirse que ha intentado hacer una película inquietante y lo ha conseguido. Hay quien verá que la película es muy diferente al resto de su filmografía. Sólo es una cuestión de formas, más sobrias y más estilizadas. En el fondo va de lo mismo que Átame o Hable con ella, por poner los dos ejemplos más evidentes.

Pero dejaré de poner adjetivos calificativos a la película de Almodóvar, que es lo peor que puede hacer un crítico de cine: plagar su reseña de epítetos rimbombantes. Soy muy mal crítico, pero como cotilla no estoy mal y me fijo en los detalles. Y me he percatado de que cuando sale un periódico en papel en las películas de Almodóvar ése diario es EL PAÍS. En una escena de la película un personaje enseña la prensa a otro diciéndole: "¿Has visto el periódico?". Y el que aparece en pantalla es La Vanguardia. A esto no le voy a poner adjetivos, sino que lo señalo sin más, para que cada uno saque su propia conclusión. La mía es que Almodóvar ha hecho la mejor película española en lo que llevamos de año... Pero claro, este mes también estrena Enrique Urbizu No habrá paz para los malvados y ésa tiene bastantes papeletas para llevarse ese adjetivo. Mejor, quiero decir.

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