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Crónica:VUELTA 2011 | Decimocuarta etapa
Crónica
Texto informativo con interpretación

El galgo y la liebre corren juntos

Wiggins, impulsado por Frome, elimina a Purito y Nibali en La Farrapona donde ganó Taaramae

Asistir a clase. Lo importante es pasar la lista, llegar a tiempo, antes de que el maestro toque la campana y cierre la puerta del aula. Si pierdes el autobús, te ponen falta. Da igual que sea atravesando las preciosas montañas asturianas que en las llanuras de las mesetas. Nibali y Purito Rodríguez perdieron el bus, se durmieron en la ascensión a La Farrapona y cuando alcanzaron el dintel de la meta resulta que los más aplicados ya habían llegado y estaban en el vestuario o haciendo declaraciones. Ambos dijeron ayer adiós a la Vuelta, que les llamaba a gritos como primeros de la clase, como los sabihondos del grupo y, sin embargo, cuando el maestro Wiggins les hizo una pregunta se quedaron mudos.

Matxín decidió que De la Fuente ayudara a Cobo. No quería un plato sino todo el menú
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En realidad, en vez del maestro titular inglés, fue el interino keniano Froome el que les exigió una respuesta inesperada. Nada nuevo, porque la liebre y el galgo corren juntos. No habían estudiado. Purito reculó, Nibali se quedó más atrás, apoltronado en el sillín y sin aliento, consumando la desgracia italiana que había comenzado en el minuto 26 cuando Scarponi se bajó de la bici y dijo adiós a la carrera. Renqueante, doliente, decidió dormir en casa y esperar tiempos mejores. Nibali llegó a la meta, pero cuando Froome puso el turbo en el grupo de los elegidos se embelesó con la belleza del parque natural de Somiedo y, sudoroso, miró el paisaje.

Se esperaba el ataque de Purito, se esperaba su penúltima bala, aunque fuera como Diógenes con la lámpara buscando la salida en el túnel de la clasificación. Pero Froome también lo liquidó con un par de vistazos malencarados. Purito no aguantó. Purito no está bien. Y todo el trabajo de su equipo, se fue a pique.

Nada. Ambos perdieron 2m 06s en meta frente a Taaramae, el estonio del Cofidis que se aprovechó de su fuerza y de las tácticas de equipo. El Geox llevaba a De la Fuente junto a él, cuando se sabía que ambos llegarían a la meta. Pero atacó Cobo, intentando no ya ganar la etapa sino la Vuelta y el director, Matxín, decidió que De la Fuente se descolgara de la escapada y esperase a su jefe de filas para intentar rascar más y más segundos a los favoritos para el triunfo final. El Geox no quería un plato sino el menú entero. Taaramae agradeció la invitación y se fue para la meta pisando pedal mientras De la Fuente metía el freno para esperar a su compañero. Una situación extraña, en la que un ciclista quiere ir hacia adelante y otro hacia atrás. El tiempo dirá si Matxín acertó o se lamentará de haber perdido la posibilidad de ganar una etapa de tronío. Cierto que Cobo ahora es cuarto en la general a 55 segundos de Wiggins. Cierto que tal como está la Vuelta de loca, cualquier cosa puede pasar. Cierto que David de la Fuente no durmió bien ayer por la noche rumiando lo que pudo haber sido y no fue por tácticas globales. Esa fue una carrera. Por detrás se jugaba otra. Los lugareños del valle de Somiedo restaban dureza al infernal recorrido que se anunciaba en la primera incursión en Asturias. "La Farrapona no es para tanto", decía un nacido y criado en la Pola de Somiedo. "Son más peligrosos los descensos que los ascensos". Tres ciclistas lo comprobaron: Kroon, Vanmarcke y Caruso. Trompazos singulares descendiendo el puerto de La Ventana y de San Lorenzo. El resto funcionó sin sobresaltos. Con cuidado, a sabiendas de que todo se jugaría en la parte final de la última ascensión. "Son siete kilómetros, pero tampoco es para tanto", decía una lugareña, antes de que el pelotón escribiera la historia de este puerto por primera vez ascendido en la Vuelta.

Fueron muchas guerras. Una escapada multitudinaria a poco de salir, que se va deshilachando poco a poco. Taaramae y De la Fuente, como dos buenos colegas, que se dan palmetazos en el sillín, que se animan, que se ayudan, se van para adelante, mientras por detrás Dani Moreno ejerce de caníbal y rompe el pelotón para ir devorando los cadáveres de aquellos 17 intrépidos. En mitad de la comida, se le atragantan Bruseghin e Intxausti a los que alcanza y con los que va junto a otros comensales más anémicos en busca del postre: alcanzar a De la Fuente y Taaramae para hollar La Farrapona.

Por detrás, hay otras cuestiones en juego. Purito pega dos destellos, pero apenas iluminan la cueva un instante. Nibali, ni eso. El aire lo pone Froome, el amigo keniano de Wiggins que le quita el viento y le guía en la carretera. Va haciendo sangre y desangrados se quedan Nibali y Purito, y Fuglsang y Kessiakoff, sin que Wiggins haya vistomás que el culo de Froome.

Hasta que Cobo se harta y tira p'alante, en busca de su compañero De la Fuente. Era el ataque del día. Cobo, un outsider, dinamitaba la carrera por su escasa distancia con el líder. Algo inesperado que le lleva al cuarto puesto de la clasificación, tras conseguir 40 segundos (distancia y bonificación) respecto al líder. ¿Pero hay algo previsible en esta Vuelta? Quizás Wiggins...

Joaquim <i>Purito</i> Rodríguez llega exhausto a la línea de meta de los Lagos de Somiedo.
Joaquim Purito Rodríguez llega exhausto a la línea de meta de los Lagos de Somiedo.JOSÉ MANUEL VIDAL (EFE)

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