"Aspiramos a ser artesanos, no artistas"
¿Qué tienen en común la poetisa Maria Antònia Salvà, la serie de televisión Canción triste de Hill Street, Charles Bronson y un perro homosexual? Oliva Trencada. Todos estos mundos entran en el imaginario de Pep Toni Ferrer (Palma de Mallorca, 1975), que al frente de Oliva Trencada presenta su tercer elepé, el libro-disco Perleta Negra.
Con un entorno genérico folk que ya era característico del grupo antes de que este estilo se hiciera popular, el grupo apuesta por un universo pop de apariencia naif y tierna que no esconde una crítica social que cuestiona el desarrollo urbanístico y económico de Ses Illes. "La verdad es que tenemos carga ideológica, pero los independentistas se van de nuestros conciertos si no sacamos una estelada, fíjate", dice Pep Toni, un hombre que convierte el sentido del humor en una herramienta musical.
En el 'folk' de verdad cantan todos, no existen ni los conciertos
En Baleares somos tortugas, cuando damos un paso sabemos por qué
Pregunta. ¿El sentido del humor rebaja el tono de la denuncia o la hace todavía más intencionada?
Respuesta. Es como el ketchup que ayuda a los niños a comerse la carne. Sin ketchup, que por cierto dicen que es cancerígeno, no habría manera de que se la comieran.
P. ¿Y no hay peligro de que el contenido de las canciones quede diluido en el humor?
R. Sí, de hecho, de Xoriguer mayday y Xoriguer ETT me han dicho que son canciones muy alegres, y yo creo que lo que explican no es nada alegre. Pero bueno, ¡qué le vamos a hacer!
P. El disco va acompañado de un libro donde cada canción recibe una explicación complementaria a la letra.
R. Es el formato que queremos para nuestros discos. La verdad es que no tenemos bastante con la letra y tenemos que explicar mejor las cosas. El texto del libro explica cómo nacen las canciones, las razones de su existencia. Además, la moraleja de cada canción es diferente al texto explicativo y a la propia letra.
P. ¿Y quién es Perleta Negra?
R. Un erizo. Estos animalillos eran muy comunes en Mallorca y ahora quedan muy pocos. No solo debido a los pinchos que usan para defenderse, para evitar que les pisen los bañistas, sino que todavía hoy hay quien se queja de su presencia, aunque sean muy pocos. Son, pues, unas víctimas del progreso que en nuestro disco se han reconvertido en piratas que recogen canciones.
P. Una de sus canciones habla del barrio de Pere Garau, y lo hace recordando la serie de televisión Canción triste de Hill Street. ¿Cuál es la vinculación?
R. Pere Garau es el barrio con más densidad de población de Baleares. Acogió la primera inmigración, la de andaluces y murcianos. Después acogió la de árabes y latinos. Ahora es un barrio colorista y variado en el que los problemas de seguridad han desaparecido, cada comunidad ha tomado posesión de su territorio y los demás le respetan los límites. Establecí el paralelismo con la seria porque yo la veía en casa, era la favorita de mis padres. Recuerdo que la comisaria de Hill Street era como Fort Apache, una guarnición en territorio hostil. Pues el mercado de Pere Garau me lo imaginé igual, como la comisaría de Hill Street en un barrio de Mad Max.
P. Al margen de temáticas mallorquinas, ¿cuál es el punto de contacto de su música con su territorio?
R. Creo que la voz. La voz es el mejor instrumento, y el timbre de mi voz, su deje, es muy mallorquín, creo. Es el reflejo del tiempo que nos ha tocado vivir, por una parte tratamos temas muy universales en los textos y sobre sentimientos, y lo hacemos con herramientas que hablen de identidad, como la voz o las melodías.
P: ¿Usted vive en un entorno urbano o rural?
R. Pues yo vivo en Pere Garau, ¿por qué?
P. Para entender mejor lo que hacen. ¿Oliva Trencada hace folk?
R. El folk es la excusa para hacer pop, un poco de electronica y muchas más cosas.
P. ¿En qué piensa cuando le hablan de folk?
R. Últimamente en el ukelele, aunque no es instrumento folk.
P. ¿Entonces?
R. Más allá del ukelele pienso en una paella en el campo y una sobremesa en la que la gente se pone a cantar. No hay grupo, cantan casi todos y entonces no existe el público. En el folk de verdad no existen ni los conciertos.
P. ¿Y qué dice del folk urbano?
R. Pues lo mismo, pero en lugar de paella podríamos hablar de un parque infantil, con árboles y niños.
P. Las canciones de este disco ya se presentaron en Barcelona hace más de un año. ¿Por qué han tardado tanto en grabar?
R. Porque las hemos grabado tres veces. La primera vez fue la maqueta. La segunda vez teníamos ya grabados el disco y se borró entero, se fastidió el disco duro y, cosas de la tecnología, se quedaron sin la grabación. Entonces los grabamos por tercera vez y en esta ocasión ha llegado a las tiendas.
P. ¿Ustedes miden el tiempo de una manera distinta, verdad?
R. No lo sé muy bien. Sé que queremos ser artesanos, más que artistas. En Barcelona existe un entorno de grupos, pero las bandas suben mucho, y de golpe y porrazo caen mucho. En Palma tenemos velocidad constante de crucero. Somos tortugas, tardamos mucho en dar pasos, pero avanzamos. Es como Antònia Font. El éxito les llegó cuando era un grupo consolidado. Tenían la mili hecha, no como las bandas de Barcelona. No han sido liebre, sino tortugas. Así somos en Baleares, cuando damos un paso sabemos por qué.
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