La mitad de Valencia sufre exceso de ruido, según Ecologistas en Acció

La ordenanza del ruido de Valencia es un auténtico coladero, según Ecologistas en Acción. Con datos oficiales de 2010 en la mano, más de la mitad de los vecinos de la capital sufre niveles de ruido por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un 53% aguanta más de 65 decibelios por el día y el 40%, 55 decibelios por la noche. Los niveles establecidos por la organización internacional son 55 y 45, respectivamente.

La ordenanza local es correcta, pero hay tantas excepciones al cabo del año que, según Luis Cerrillo, de Ecologistes en Acció, que los niveles de ruido acaban disparándose.

El día de San Cristóbal, patrón de los transportistas, camiones y taxis jalean la fiesta a bocinazos, el ruido de la fórmula 1 es ensordecedor; hay fuegos artificiales de noche y en diferentes puntos de la ciudad a menudo; y luego está el ruido provocado por el tráfico y servicios públicos como la recogida de residuos. La nueva estación del AVE, la de Joaquín Sorolla, también ha empeorado "sensiblemente" los registros en el distrito de Extramurs con la entrada y salida de trenes.

Los distritos más afectados por el excesivo ruido son l'Eixample, Extramurs, el Pla del Reial, Campanar o Camins al Grau. Según el seguimiento realizado en 2010 por Ecologistes en Acció, en estos distritos, el ruido no se ha rebajado en los últimos meses. Es más, la organización ecologista asegura que desde que se puso en marcha el Plan de Acción Acción contra la Contaminación Acústica, "se ha hecho poco o nada" desde el Consistorio, afirma Cerrillo.

El plan contempla 39 medidas para aminorar el ruido. Según Cerrillo, entre las pocas medidas llevadas a efecto está el asfaltado fonoabsorbente de algunas avenidas de la capital. "Lo que pasa es que la mayoría de estas obras se han hecho con cargo al plan de inversión estatal. Conciliar el sueño o abrir las ventanas en esta ciudad puede suponer una auténtica pesadilla para miles de personas de esta ciudad", subrayan desde Ecologistes en Acció.

Nadie está exento de ruido, se insiste desde la organización verde. Ni hospitales como el General, el Clínico o el Peset, ni colegios como el de Fernando de los Ríos, Cervantes o el Santiago Grisolía. En estas zonas, por su naturaleza, deben deben registrarse niveles más reducidos de contaminación acústica, concretamente 60 decibelios durante el día y 50 decibelios por la noche.