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Reportaje:FÚTBOL | Primera jornada de Liga

Hasta que quiso Marcelo

El Zaragoza se hundió cuando el lateral brasileño se decidió a lanzarse al ataque

Diego Torres

Marcelo es un jugador incontrolable. Difícil de dirigir para su entrenador, José Mourinho, y más difícil de frenar para las defensas contrarias cada vez que aparece corriendo en zigzag, driblando y tocando en busca de la pared o del remate. Si la defensa es la de un equipo como el Zaragoza, la situación se agrava. Con 12 millones de euros de pagos pendientes a sus jugadores y una deuda total de 130, el Zaragoza es un típico ejemplo de las dificultades que atraviesa la presente Liga.

El nivel de la plantilla está mermado. Sobre todo, en el centro del campo, en donde predominan los jugadores de pie duro o sin experiencia. Estos chicos, Succulini o Barrera en concreto, no invitaron a Marcelo a tomar precauciones cuando resolvió emprender su incursión en el campo contrario para poner el sello al partido.

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Sucedió cerca del minuto 27. Marcelo armó una jugada desde la izquierda, entrando como extremo fantasma. Le dio la pelota a Cristiano, que entró por el carril del nueve y abrió a la banda. Ahí apareció Sergio Ramos, el otro lateral, contra toda ortodoxia, para colgar el centro. Primero fue Cristiano, que no logró acomodarse para pegarle de chilena. La pelota botó en el área grande y Marcelo, que había dado dos pasos atrás, se anticipó tanto a la escena que tuvo tiempo de amagar al primer palo y pegarle al segundo, por arriba del portero Roberto. Fue el 0-2. De lateral a lateral. Tomándose licencias frente a un Zaragoza que lo permitió. Un Zaragoza que pasó de formarse con un esquema de 4-1-4-1 a acabar desdibujado. Sin juego ni voluntad.

La noche fue tórrida. La gente se sentó, inmóvil, para evitar el bochorno. En el campo, Marcelo entraba como falso extremo, Cristiano se acomodaba como falso nueve y Coentrão se desplazaba hacia atrás y le hacía la cobertura en el lateral izquierdo. Los movimientos de los jugadores del Madrid se hicieron fluidos en la medida en que el Zaragoza se dejaba llevar, se estiraba, se abría de línea en línea a la espera de recuperar la pelota para tirarle un pelotazo a Uche. Las subidas de Marcelo marcaron el declive del partido en La Romareda. Cuando el lateral brasileño, que tiene 23 años, empezó a atreverse a subir el público comenzó a entregarse a su suerte. Como si la sombra rizada de este chico de carrera ligera fuese un mal presagio.

El partido se pareció cada vez más a un amistoso de verano. Xabi Alonso hizo el tercero. Fue su segundo gol en lo que va de temporada, tras el tanto que marcó en la Supercopa. También fue un disparo desde fuera del área, raso, tenso. Como los goles que ha hecho desde que jugaba en la Real. El año pasado Alonso hizo un solo gol en toda la temporada, en la Copa.

Marcelo prepara la pirueta para festejar su gol.
Marcelo prepara la pirueta para festejar su gol.DENIS DOYLE (GETTY)T

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.
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