Fiasco del Sevilla
El conjunto andaluz, ansioso y sin fútbol, cae eliminado ante el Hannover
El nuevo proyecto del Sevilla nace tocado. Preso de la ansiedad, sin un patrón definido de juego, falto de eficacia y con fallos en defensa, el conjunto andaluz se la pegó por segunda vez consecutiva en la previa de una competición europea. El año pasado fue en la Liga de Campeones y ahora toca la Liga Europa. Fiasco del Sevilla, que a buen seguro deja muy tocado a un equipo que había mostrado muy buenas cosas en pretemporada. No faltó empuje, pero sí fútbol, lo que acabó por condenar al equipo andaluz.
Este Sevilla de Marcelino no está todavía para duelos tan exigentes como el que le propuso el Hannover. El capricho del bombo emparejó a dos buenos equipos, uno mucho más rodado, el alemán, de intensa presión del centro del campo en adelante y rápido en las bandas. Este Sevilla que va cocinando el técnico asturiano apenas esbozó más plan que el fútbol directo desde el inicio del choque, el recurso al eterno Kanouté y a Negredo para buscar el peligro ahorrándose el juego en el centro del campo. Gracias a esta táctica, el Sevilla, algo ansioso, fue capaz de crear tres ocasiones de gol gracias a dos remates de Negredo, uno al palo, y otro de Kanouté muy bien despejado por el meta Zieler, internacional de nuevo cuño por Alemania.
SEVILLA 1 - HANNOVER 1
Sevilla: Palop; Coke, Alexis (Fazio, m. 83), Escudé, Fernando Navarro; Navas, Medel, Trochowski (Campaña, m. 80), Perotti; Kanouté y Negredo (Manu, m. 62). No utilizados: Varas; Cáceres, Luna y Armenteros.
Hannover: Zieler; Cherundolo, Haggui, Pogatetz, Schulz; Stindl, Schimiedebach, Pinto, Rausch (Pandre, m. 88); Abdellaoue (Ya Konan, m. 92) y Schlaudraff. No utilizados: Miller; Eggimann, Hauger, Lala y Chahed.
Goles: 0-1. M. 22. Abdellaoue. 1-1. M. 36. Pogatetz, en propia puerta.
Árbitro: Serge Gumienny. Expulsó con roja directa a Medel. Amonestó a Alexis, Perotti, Stindl, Cherundolo, Kanouté, Schulz, Schlaudraff, Medel, Rausch, Schimiedebach, Manu,
Unos 40.000 espectadores en el Ramón Sánchez Pizjuán.
El problema es que el Sevilla no está equilibrado. Si bien sus problemas para crear juego pueden ser ocultados por su indiscutible pegada, mucho más denunciable es su fragilidad defensiva, con centrales endebles y un lateral derecho, Coke, más pendiente de atacar que de defender. Un despeje de la zaga alemana acabó en los pies de Rausch, cuyo centro fue muy bien rematado por Abdellaoue ante la falta de contundencia de Palop y sus centrales.
Superados los minutos de pánico, el Sevilla tuvo la virtud de recomponerse. Sobre todo porque Trochowski empezó a entrar más en juego y, en especial, porque sus dos delanteros fueron un peligro constante ante un Hannover con centrales de escasa cintura y escasa fiabilidad en las coberturas. Pogatetz se metió un gol en propia puerta y el Sevilla respiró. La prórroga, al menos, estaba al alcance de un tanto.
El cuajo que se le presupone al conjunto andaluz no fue sinónimo de un juego más acorde a las expectativas del equipo, pero sí daba para tener la clasificación al alcance de la mano. Con más corazón que cabeza, impulsado por una grada incansable, el Sevilla se lanzó al asalto del Hannover, quien, intimidado, recurrió al juego duro ante la avalancha local. Negredo y Escudé estuvieron a punto de hacer el segundo gol, que se resistía a pesar del altísimo ritmo con el que el Sevilla afrontó el tramo final del encuentro.
La falta de eficacia y una pizca de fortuna privaban del premio del gol. Hasta el árbitro echó una mano al no ver un claro penalti de Palop. El Sevilla asumió unos riesgos enormes en defensa y notó mucho la lesión de Negredo, que abandonar el campo sin que Manu le diera la profundidad necesaria. Poco a poco, la eliminatoria se le iba a pesar de su esfuerzo y honestidad, y de recursos extremos como la colocación de Fazio como delantero centro.
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