El Atlético se desata
Los de Manzano arrollan al Guimarães lanzados por los pases de Salvio y los goles de Adrián
El Atlético se dio una sesión de baño y masaje en Guimarães, dando una imagen estupenda ante un rival con una defensa de pantomima desbordado de principio a fin por la fluidez de movimientos rojiblanca. Lanzados por un Gabi especialmente sembrado, Reyes, Adrián y Salvio, el tridente ofensivo ideado por Gregorio Manzano -con solo un delantero disponible, mientras Forlán hace las maletas y Falcao, no inscrito en la ronda, aguarda su estreno el domingo contra Osasuna- destrozaron con unos movimientos dignos del ballet del Bolshoi a la última línea del conjunto portugués.
Mucho más blando que en la ida, el Vitoria prometía guerra pero entregó la cuchara a las primeras de cambio. El árbitro interpretó como penalti un piscinazo de Salvio solo delante de Nilson y Gabi lo ejecutó como un especialista, engañando al portero ajustando el balón al palo contrario. El encuentro apenas había arrancado y el gol terminó de desquiciar a los zagueros, una bicoca porque entregaban constantemente la espalda y que por no defender no lo hacían al hombre ni en zona.
V. GUIMARÃES 0 - ATLÉTICO 4
Vitoria Guimarães: Nilson; Alex, N'Diaye, El Adoua, Anderson; Pedro Mendes, Barrientos (El Arbi, m. 67), Edgar Silva; João Alves (Toscano, m. 46), Olimpo y Faouzi (Targino, m. 46). No utilizados: Douglas; Leandro, Bruno Teles, Renan y Marcelo.
Atlético: Courtois; Silvio, Perea, Miranda, Filipe Luis; Gabi, Mario Suárez (Koke, m. 68), Tiago (Elías, m. 46); Reyes, Adrián (Juanfran, m. 72) y Salvio. No utilizados: Joel; Godín, Antonio López, Pulido y Assunção.
Goles: 0-1. M. 1. Gabi, de penalti. 0-2. M. 17. Adrián. 0-3. M. 60. Adrián. 0-4. M. 81. Salvio.
Árbitro: Andre Marriner (Inglaterra). Amonestó a El Adoua, Salvio, Silvio y Edgar.
20.000 espectadores en el Afonso Henriques.
Más maduro desde su cesión al Benfica, el argentino mezcló bien y rápido
El partido se desarrollaba como un rondo, con Salvio ganándose la continuidad en el plantel (sobran extracomunitarios, y Miranda es el que más papeletas tiene de hacer mudanza). Más maduro desde su cesión al Benfica, el argentino mezcló bien y rápido. El mejor síntoma de la velocidad de vértigo del Atlético y su búsqueda constante de los espacios fue su gran pase entre líneas a Adrián, que marcó a puerta vacía en el segundo gol. Con los conceptos muy asimilados (pase y desmarque, cero pelotazos), el juego del equipo pinta muy bien, nada que ver con los ataques estáticos de siempre.
Bien cimentado el centro del campo, con Mario Suárez cada vez más recuperado de su lesión y con Tiago cogiendo la forma, el Atlético no soltó la pelota y la repartió por todo el campo con criterio y sobre todo paciencia, sin las prisas de antaño. En una de esas Gabi chutó al poste en una llegada lanzada por Salvio y continuada por Adrián. El propio Salvio tuvo el tercero en un pase en profundidad de Reyes que volvió a dejar a la defensa en entredicho, pero su remate lo salvó a quemarropa Nilson, que tuvo trabajo a destajo al revés que Courtois en su debut.
Las intervenciones del arquero del Vitoria retrasaron hasta la segunda parte el segundo gol de Adrián. Silvio colocó desde el carril derecho un centro al segundo palo, Reyes lo cabeceó con mala intención, abajo y cruzado, y el despeje del portero lo cabeceó el pichichi del Europeo sub 21 a la red sin contemplaciones. La paliza era de aúpa, las sensaciones inmejorables con la Liga a la vuelta de la esquina, pero el Atlético no tenía bastante. Nada conformista, con el colmillo retorcido como el resto de la plantilla, Salvio dio la puntilla cerrando el marcador en otra contra. Muchas lunas después, el Atlético ilusiona.
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