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El obispado de Lugo contratará vigilancia tras un intento de robo

El Obispado asegura que no falta ninguna de las piezas depositadas

Un intento de robo o un "acceso no autorizado", como lo denomina la Iglesia. Lo cierto es que alguien entró subrepticiamente a una de las salas del museo de la Catedral de Lugo y al despacho de su director, aunque no hay constancia de que se llevasen nada. Pero el episodio ha destapado la ausencia de vigilancia en las dependencias eclesiásticas. El Obispado se plantea ahora contratar seguridad privada para que no vuelva a ocurrir.

"Hubo un acceso no autorizado a uno de los espacios museísticos de la catedral. Por los indicios, hay una puerta forzada de acceso a las torres. Ascendieron por uno de los andamios instalados a raíz de las obras de rehabilitación de la fachada y de la cabecera. Pero no ha desaparecido ningún objeto del museo", respira aliviado el delegado de Patrimonio del Obispado, César Carnero. Lo más enigmático es que el intruso o intrusos apenas removió los objetos que había en las dos salas a las que irrumpió desde uno de los torreones.

La Iglesia se plantea ahora contratar seguridad privada para el templo

Así y todo, las alarmas se han disparado tras lo ocurrido con el Códice Calixtino en la Catedral de Santiago. "Todo el mundo está sensibilizado, pero no solo por lo de Santiago. El patrimonio artístico-histórico de la Iglesia es muy grande y estamos en una época complicada porque con la crisis los robos aumentan", reflexiona Carnero. Y lo más extraño de todo es que no se llevaran ninguno de los muchos tesoros artísticos que contiene la seo lucense, como una pieza del siglo IV.

Las obras en la catedral luguesa, de estilo románico y datada su conclusión en 1273, presentan un gran andamiaje que reviste sus cúpulas y la fachada, lo que habría facilitado el trabajo de los que lograron colarse en el museo. "Accedieron al despacho del director y a una sala. Ambas dependencias están en las torres de la fachada principal. Fue un susto y estamos revisando todo el sistema de seguridad para evitar problemas mayores en el futuro", repite el religioso.

La catedral, que posee el privilegio papal de exposición permanente del Santísimo Sacramento como pocos templos tienen en el mundo, sigue abierta al culto pese al "susto". Pero eso no quiere decir que se vaya a descuidar un ápice su seguridad. "Vamos a extremar las medidas de vigilancia. Probablemente se contrate una empresa de seguridad privada para que vigile durante las obras cuando no están los obreros, evitar posibles accesos y controlar incluso con videocámaras las zonas que no están controladas. La fachada, evidentemente, no es accesible. Lo es ahora por los andamiajes. Y vamos a intentar evitar otra intrusión desde ahí", anuncia Carnero. "Hay que intentar frenar cualquier posible acceso que nos traiga consecuencias lamentables, de desaparición de piezas religiosas. Hay que evitar eso al máximo".

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Pero en la diócesis de Lugo parece que se asume con resignación ese "tratamiento de los bienes espirituales como si fuesen de los hombres", la fórmula con la que Carnero se refiere a los numerosos robos de los últimos años se concreta en pequeñas iglesias de toda la provincia."Hubo una época aún peor, en la década de los años sesenta. Un auténtico descalabro se cometió sobre el patrimonio de la Iglesia, con bandas organizadas que saqueaban los tempos y vendían las tallas fuera de España. Hace un par de años que se nota otra vez un repunte de robos, aunque más que llevarse piezas artísticas lo que hacen es desvalijar los cepillos buscando dinero", explica el representante del Obispado de Lugo.

Los hechos ya fueron puestos en conocimiento de la policía, que deberá desentrañar ahora el enigma de quiénes eran y qué buscaban los autores del "acceso no autorizado" a la catedral y al museo eclesiástico de la ciudad de Lugo.

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