El hijo de Mari Fortes

Minutos después de las seis de la tarde de hoy llegará la ceremonia de la alternativa. El Juli cederá la muleta y el estoque a Jiménez Fortes ante la expectación de los tendidos. Será la primera vez que un novillero que aún no ha debutado en Bilbao tome la alternativa en su coso.

Vista Alegre no es una plaza acostumbrada a los doctorados. Han pasado seis años desde la última: también El Juli apadrinó entonces a Iván Fandiño, con toros de El Ventorrillo. No es la única alternativa en el siglo XXI; tres años antes, en la Aste Nagusia de 2002, fue el llodiano Iker Javier Lara quien se doctoró con reses de Alcurrucén cuando Finito de Córdoba le cedió los trastos.

Estos espadas vascos tomaron el testigo del bilbaíno Daniel Granado, doctorado en junio de 1995 cuando Manzanares le cedió un torrealta. El de Santutxu puso fin a un largo período de 20 años sin ceremonias de alternativa, ya que en las corridas de agosto de 1975 otro bilbaíno, Manuel Alonso, Herrerita, había alcanzado el título de matador ante los legendarios astados de Pablo Romero.

Saúl Jiménez Fortes cuenta con experiencia en otras plazas importantes

El único espada doctorado en la historia reciente de Bilbao que, como Jiménez Fortes, no es un torero vasco, es El Niño de la Capea. Salmantino de nacimiento, lanzó su carrera novilleril en Vista Alegre. Capea se convirtió en la promesa de Bilbao, donde tomó la alternativa en junio de 1972 una tarde en que cortó las dos orejas a un toro de Lisardo Sánchez, cedido por Paco Camino.

Hoy le toca el turno al malagueño Saúl Jiménez Fortes, quien había preparado ya su alternativa en Málaga cuando la casa Chopera le propuso hacerlo en Bilbao. Sin dudarlo, cambió de planes y se disculpó públicamente ante sus paisanos.

La de hoy será su primera tarde en Bilbao, pero cuenta con experiencia en otras plazas importantes. Este año se lució en Sevilla y en Las Ventas cayó herido cuando estaba gustando al público. Esta última plaza guarda un buen recuerdo del malagueño, a pesar de que en su presentación en Madrid escuchó los tres avisos.

Su trayectoria novilleril no ha sido fácil. La competencia actual es alta entre los aspirantes, y el número de festejos ha bajado. Por eso, Jiménez Fortes ha tenido que luchar mucho hasta la oportunidad de esta tarde, pero, con un valor muy seco y mucho gusto moviendo los engaños, ha demostrado su sangre torera.

No podía ser de otra manera. Es el hijo de la Mari Fortes, como decían a finales de los setenta los aficionados cuando se referían a la madre de Saúl. Toreó 59 novilladas picadas, muchas en un cartel que reunía a seis toreras, de las que se recuerda también a Maribel Atienzar. Cortó orejas en El Puerto de Santa María y triunfó en Barcelona antes de presentarse en Pamplona y alcanzar un rotundo éxito en la vieja plaza madrileña de Carabanchel.

Después, unió su vida con su apoderado y hoy empresario Gaspar Jiménez. Cuando Saúl recibió una cornada en San Isidro, no lo dudó y afirmó que cornadas como esas las lleva con orgullo por quienes, como su madre, nunca pudieron anunciarse en Las Ventas. Mari Fortes no tomó la alternativa en Jaén por una lesión de rodilla. Hoy, verá a su hijo desde la barrera de Vista Alegre cumplir el sueño de convertirse en matador.