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Reportaje:Días de diversión

'Txosnas' muy capaces

Miembros de la Fundación Síndrome de Down atienden una noche la caseta de Moskotarrak - La comparsa colabora con la entidad desde hace 17 años

La comparsa Moskotarrak lleva 17 años colaborando con la Fundación Síndrome de Down del País Vasco y otras entidades sociales para demostrar que la integración de los discapacitados físicos e intelectuales es posible si todo el mundo se lo propone a través de la equiparación de oportunidades. Este año, por primera vez, ambos grupos se han unido para que miembros de las dos entidades trabajen conjuntamente en la txosna. Siete integrantes de la fundación vecinos de Bilbao y Getxo ayudaron a los comparseros durante el turno de noche de ayer.

"Lo último que queremos es que esto se convierta en algo especial, sino hacerlo natural", explica Jose Mari Amantes, portavoz de la comparsa. De hecho programaron otra actividad de forma simultánea, el concurso Mete un gol a la Ría -lanzar un balón de fútbol y lograr que cruce de una orilla a otra-, para quitar el foco de atención de la otra iniciativa.

"Hay mucha gente, pero le he cogido el ritmo. Me gustaría repetir", decía Saioa

Al grupo de voluntarios le pasó "como a todos cuando empiezan; es el primer día de cualquiera", decía Nadia García, comparsera de Moskotarrak. Hay que hacerse con la ubicación de los vasos, las bebidas y atender las incesantes y a veces solapadas peticiones de cientos de personas. Ella ayudó a Saioa, quien se felicitaba de haber cogido pronto el frenético ritmo. La demanda era irrefrenable: kalimotxos, mojitos, cañas... y combinados varios. Su novio Daniel le acompañaba. "Al principio me ha costado porque hay mucha gente, pero me está gustando como para repetir", decía con una amplia sonrisa esta joven a la que le "encanta" la fiesta. "Le ha pillado enseguida el punto a la caña", aseguraba Nadia García.

Entre los colaboradores había quienes estaban de vacaciones y quienes tienen que trabajar hoy, porque la mayoría, como desea la fundación, se ha integrado en el mercado laboral. Una gran cadena comercial, una pizzería, un museo, un tienda de material deportivo y un medio de comunicación son algunos de los lugares donde están empleados estas personas, de entre 28 y 35 años.

La "cuadrilla de amigos" que formaba el grupo se afanó en su labor y, según decían los comparseros, se amoldaron perfectamente al trabajo. Mikel contaba, en su constante ir y venir de la barra a la caja, que la experiencia le entusiasmaba y que estaba deseando volver a la txosna. Una de las comparseras que le orientó durante la experiencia, Irune Suso, aplaudió su implicación y rendimiento. "Me parece una idea genial. Ojalá cundiera el ejemplo", señalaba una chica que disfrutaba de las fiestas.

La fundación intenta mejorar la calidad de vida de los discapacitados y lograr que "participen como ciudadanos de pleno derecho", apuntó su portavoz, Resu Casanova. La idea es organizar actividades que ofrezcan a la sociedad una "visión normalizada y no proteccionista" hacia estas personas.

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