24 horas para estudiar en la biblioteca
Reina el silencio en las salas de la Biblioteca de Humanidades de la Universitat de València (UV) aunque los alumnos prefieren estudiar con música. Con cascos en las orejas, los universitarios disfrutan, desde el pasado viernes 19, del abierto veinticuatro horas que la UV mantendrá hasta el 11 de septiembre en la Biblioteca de Ciencias, del campus de Burjassot y en la de Humanidades, del campus de Blasco Ibáñez.
La introducción del Plan Bolonia en las universidades españolas supuso el fin de los exámenes de septiembre que, actualmente, se mantienen solo para los pocos alumnos que quedan de licenciaturas o diplomaturas previas al programa europeo. Es, posiblemente, una de las causas del descenso del número de alumnos que deciden hacer noche en la facultad durante este mes.
"En agosto no hay mucha gente por las noches, pero en mayo y junio esto se llena", aseguraba ayer un estudiante de Filología Inglesa en un rincón de la sala principal de la primera planta.
Pese a la merma, la Universitat, ha decidido mantener abiertas las bibliotecas hasta el final de la convocatoria de septiembre. Eso sí, la medida afecta únicamente a las salas de lectura. Tres plantas, en el caso de la Biblioteca de Humanidades. El préstamo mantiene el horario de mañana, hasta las 14.30.
Los universitarios que acuden a las bibliotecas de la facultad en verano dicen recurrir a ellas por la tranquilidad que se respira y el aire acondicionado. Pero, sobre todo, "porque ves a más gente haciendo lo que tú, anima saber que no eres el único que estudia en verano", asegura una alumna de Filología Hispánica cuya jornada estudiantil comienza al mediodía pero se para "a las ocho, como muy tarde, para aprovechar el verano", explica.
¿Sigue teniendo sentido la apertura 24 horas? La disparidad de opiniones es evidente. Fuentes de la Universitat de València aseguran que el número de estudiantes nocturnos se ha reducido drásticamente en los últimos años mientras los vigilantes de seguridad hablan de días de "lleno". Los estudiantes aseguran que es durante el día cuando más personas se concentran y que "algunos que dicen que estudian por las noches lo utilizan como excusa para salir".
En lo que sí coinciden los que recurren a la biblioteca como lugar de estudio es en la preocupación por aprobar. Y la música no les distrae, les concentra. Al menos, eso dicen.
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