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Reportaje:música

Una misa a ritmo de 'house'

Sensation White, macrofestival nacido en Holanda hace una década, desembarca este otoño en Barcelona

Tommaso Koch

Sentados ante unas copas, Duncan Stutterheim y su hermano Miles recordaban a su tío, recién fallecido. Ambos estuvieron de acuerdo en que salir de fiesta era el mejor homenaje que se le podía rendir. Cuando en 2001 Miles también murió en un accidente de tráfico, Duncan decidió recordarle con una parranda. El año anterior había organizado por primera vez un festival de música house en el estadio Amsterdam Arena y 20.000 personas habían respondido a su llamada. Para que la celebración fuera en memoria de Miles, estableció que todos fueran vestidos de blanco, como en el funeral de su hermano.

Ha pasado una década, y Sensation White (www.sensation.com) reúne cada año a 40.000 personas en una de las citas de house más famosas de Europa. El 8 de octubre desembarca en el Palau Sant Jordi de Barcelona, uno de los cuatro lugares del mundo en acoger la misa de los fieles de Stutterheim.

Duncan Stutterheim organizó el evento para recordar a su hermano fallecido

"El blanco hace que todos sean iguales. Y 40.000 personas vestidas así ponen carne de gallina", sostenía Stutternheim en julio a bordo de un barco que recorría los canales de la ciudad holandesa. En efecto, horas más tarde una tormenta nívea y algo surrealista (que incluía a sujetos disfrazados de chef o de tenista) se desató en el Amsterdam Arena.

La fiesta se desarrolló ante una escenografía que cambia cada año pero que se mantiene de ciudad en ciudad. El Palau lucirá las enormes flores de loto (una central con la cabina y otras coreográficas) que se vieron en Ámsterdam. Eso sí, tendrá que ser en más pequeño: el aforo en Barcelona no supera los 16.500 asistentes. Aún se desconoce el cartel de la ciudad catalana, pero el evento ha vendido ya más de 10.000 entradas. Si en octubre tiene ganas de fiesta y al menos 69 euros en los bolsillos en el Palau le espera una apoteosis de luces y más de ocho horas de house duro a ratos y con tintes trance.

La intensidad de la fiesta veraniega de Ámsterdam creció a medida que pasaban las horas. El culmen llegó con Afrojack, que se apoderó de la flor y, cual flautista de Hamelin, hechizó al público. Unos globos gigantes bajaban y subían del tejado y una lluvias de luz atrapaba las miradas. El estadio temblaba. Hasta las copas bailaban encima de las mesas.

Ese era el gran momento y nadie quería irse. Los soldados blancos se sacudían en los abismos de la madrugada. Un océano de cabezas agitaba sus gafas de rayas, quintaesencia de las noches electrónicas. Aunque el maratón y una espera larga para alcanzar el cénit habían podido con decenas de asistentes, que dormían en las gradas.

La noche tardó en arrancar. Quizás porque el festival apuesta más por sí mismo que por estrellas de la cabina. David Guetta, Tiësto y Carl Cox, entre otros, pincharon ante la marea blanca, pero fue en otra época. "Queremos dj's que respeten el espectáculo. Si buscas ser el protagonista, móntate tu festival", explica Stutterheim. A cambio, promete una experiencia memorable. Una misa pagana cuya liturgia explota en los altavoces. "Espero proporcionarte la foto que cuelgues en tu cuarto", asegura. Pero algunos veteranos lamentaron que esta úlltima no había sido la mejor de las ediciones.

Stutterheim defiende que su festival tiene algo místico: "Quiero que quien vaya pueda cerrar los ojos y sentirlo". En octubre 16.500 personas lo intentarán. Barcelona será la enésima etapa de un show que ha celebrado 63 eventos en 21 países (Madrid lo acogió en 2008). Y eso que empezó con una charla de hermanos ante la mesa de un bar.

Ambiente en el Sensation Innerspace de Ámsterdam.
Ambiente en el Sensation Innerspace de Ámsterdam.JOEY TIMMER
Una de las asistentes, en el Sensation Innerspace de Ámsterdam.
Una de las asistentes, en el Sensation Innerspace de Ámsterdam.Una de las asistentes, en el Sensation Innerspace de Ámsterdam.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.
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