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Pescanova e Inditex, únicas firmas que resisten en Bolsa

Zeltia y San José, entre las más castigadas por el desplome del Ibex - Las empresas gallegas pierden 1.000 millones en el mercado desde enero

Ni los analistas se creen lo que está ocurriendo con la Bolsa. En agosto se ha vuelto una montaña rusa espoleada por las llamadas ventas en corto (un ejemplo de especulación 2.0, que facilita ganancias a los oportunistas cuando los valores caen). El miedo a la recesión está actuando como un segundo Lehman Brothers para los inversores.

Las empresas cotizadas gallegas no se escapan de la quema: han perdido 972 millones de su valor en Bolsa desde enero. Equivale al 2% del PIB gallego, al dinero que hace falta para contratar a 100.000 parados durante nueve meses o al que casi lleva presupuestado el puerto exterior de A Coruña. Tanto da. Las acciones de Pescanova e Inditex son las que mejor están aguantando. Desde enero, la compañía que preside Manuel Fernández-Sousa ha retrocedido un 1,6% (se valora en 470 millones), y el monstruo textil coruñés se ha dejado por el camino 355 millones, un 1,01% hasta quedar en 34.570 millones.

Los títulos del Banco Pastor han descendido un 21% desde enero

El resto de compañías se han llevado un enorme susto, empezando por el Grupo San José y Zeltia. La constructora que preside Jacinto Rey debutó en julio de 2009 en el parqué después de culminar la fusión con Parquesol a un precio por título de 12,86 euros. El viernes cerró a 3,10 y acumula un descenso del 76%. En los casi nueve primeros meses de 2011 la cosa no le ha ido mejor, con una caída del 40%. En cuanto al grupo farmacéutico de José María Fernández-Sousa, poco ha importado a los inversores que en las últimas cuentas presente un relevo positivo en las ventas, que hasta ahora se centraban en la química de gran consumo (barnices, pinturas e insecticidas, fundamentalmente dependientes del mercado español e italiano) y que ahora se dispersan por todo el mundo con el empuje de sus medicamentos. Cerró 2010 con una capitalización bursátil de 614 millones, que se han convertido en 374, otro 40% menos, en apenas nueve meses.

Los especialistas dan variadas explicaciones a lo que ocurre, desde una mano negra en los programas de tráding (compraventa) que los ordenadores utilizan para identificar oportunidades en los mercados de todo el mundo -y que van mucho más rápido que los humanos- hasta fugas masivas de la renta variable hacia valores refugio que ofrecen más estabilidad o incluso por la constatación de que las épocas de grandes beneficios se han marchado y no volverán. En eso último está Adolfo Domínguez. El valor de la compañía se arrugó desde enero un 22%. La cuenta de resultados del modisto está en la cuerda floja desde el inicio de la crisis, y en el cierre del año pasado (que para las empresas textiles se produce después de las rebajas de invierno del año siguiente) sucumbió a la caída de ventas con unas pérdidas de 4,7 millones. "Debido a la estructura de precios existente dentro del grupo y a los esfuerzos comerciales requeridos hasta alcanzar el punto de equilibrio, la mayor parte de las sociedades dependientes se encuentran en una situación financiera débil", admitía la empresa en un comunicado explicativo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Al Banco Pastor, que presenta beneficios (cerró el año con ganancias de 60 millones, un 39% menos), le va muy mal en Bolsa. En 2007 su valor ascendía a 2.789 millones, un 71% menos que el actual (783 millones). Sufre la enfermedad de la banca doméstica española, muy expuesta al mercado interno, y este año ha sufrido una caída del 21%.

Con este escenario horrible, pocos se atreven a valorar el futuro de Novacaixagalicia Banco, que pretende cotizar en el mercado español "a medio plazo", o sea, como muy pronto en 2013.

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