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Reportaje:

Pendiente del ADN

La policía sigue a la espera de confirmar la identidad del cubano hallado muerto en el tren de aterrizaje de un avión

F. Javier Barroso

Adonis Guerrero Barrios, el cubano de 23 años hallado muerto en el tren de aterrizaje de un vuelo procedente de La Habana, tardará un tiempo en ser repatriado a su país. El juez que instruye el caso ha obligado a que se le practiquen las pruebas de ADN para confirmar su identidad, pese a que el joven iba con documentación. Estos análisis pueden demorarse hasta cinco y seis meses, según fuentes judiciales, ya que es necesario el cotejo con los familiares más cercanos de la víctima.

El macabro hallazgo se produjo a las 13.50 del pasado miércoles 13 de julio, cuando los operarios de la compañía Iberia descubrieron en el tren de aterrizaje trasero del vuelo 6620 de la compañía española el cuerpo de un hombre, que iba sin ropa en la parte superior del cuerpo. Presentaba además heridas en el tórax y en la cabeza. La autopsia, que le fue practicada al día siguiente en el Instituto Anatómico Forense, en la Ciudad Universitaria, reveló que Guerrero Barrios había muerto por congelación. De hecho, en las alturas que puede alcanzar una aeronave que cruce el océano Atlántico la temperatura puede llegar a los 50 grados bajo cero. Esto lo hace insoportable para una persona.

Fuentes judiciales explicaron que el Consulado de Cuba inició desde entonces los trámites para repatriar el cadáver a Cuba, donde podrá ser enterrado por sus familiares. Todo el procedimiento se encontraba bastante avanzado, pero el juez que instruye el caso decidió corroborar la identidad. Para ello era necesario practicar las pruebas de ADN.

Dos muestras

Este análisis necesita un cotejo con dos muestras. Una se extrae del cadáver. Suele utilizarse la saliva, una gota de sangre o hasta un cabello. La otra puede proceder de dos vías: de elementos íntimos que haya utilizado la propia víctima, como un cepillo de dientes o un peine donde haya restos orgánicos, o también de la saliva de los familiares más directos, como padres o hermanos. Si ambos coinciden con un alto grado de certeza (hasta el 99,9%) con la persona fallecida, en este caso Guerrero, se confirma la identidad.

El problema con el que se encuentra la policía española para el cotejo es que será necesario que sus homólogos cubanos le remitan alguna prueba (denominada indubitada) del propio Guerrero y sus familiares. Otra opción es que viaje algún especialista de la Policía Científica hasta La Habana y se traiga él mismo las pruebas. Una vez aquí, basta un trocito de piel o una gota de sangre del cuerpo del joven para sacar el ADN (denominada dubitada).

Mientras, el cadáver de Guerrero permanecerá en las cámaras frigoríficas del Instituto Anatómico Forense. El informe definitivo de la autopsia aún tardará algunos días, ya que es necesario que el Instituto Nacional de Toxicología remita los resultados de los análisis de orina y sangre de la víctima. Eso ocurrirá a lo largo de este mes. Algunas fuentes judiciales no descartan que el proceso de identificación a través del ADN pueda durar hasta cinco o seis meses, por lo que podría terminar el año sin que el cuerpo pueda volver a Cuba.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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