El jefe de todos
Djokovic vence a Fish en Montreal y se convierte en el primer tenista que gana cinco 'masters 1000' en un año
Mardy Fish se inclina por 2-6, 6-3 y 4-6 ante el serbio Novak Djokovic en la final del Masters 1000 de Canadá, en Montreal, y observa cómo el número uno mundial se convierte en el primer tenista capaz de ganar cinco torneos de la categoría en la misma temporada. El estadounidense ejemplifica también cuánto pesa y cuánto duele el fenomenal curso del serbio (53 victorias y una derrota), cuánta zozobra causan esas estadísticas en el espíritu de sus contrarios y cuántas preguntas resuenan en las cabezas de sus rivales cada vez que se enfrentan al poderoso campeón de Wimbledon. Fish necesita nueve bolas de break antes de lograr el primero. Ataca la red con convicción. Falla. Acomplejado por el aura de Djokovic, casi nunca aprovecha sus ventajas.
La campiña británica revela una de las razones por las que Djokovic juega con determinación incluso en tardes desdibujadas como la de ayer. En una mansión decimonónica, este verano, comparte una sesión de fotos promocionales con su novia, Jelena Ristic. Es un hecho sin precedentes. También, otra muesca en su autoafirmación como individuo. "Soy más hombre", dice para explicar su racha. Sus padres, una presencia ruidosa, llamativa y constante en su carrera, convertida en el proyecto en el que invirtió sus ahorros el clan familiar, no ocupan ya el lugar privilegiado. De ser su sombra y guía, los que decidían todo, han pasado a dejarse ver esporádicamente y solo en grandes acontecimientos, como la final de Wimbledon. Esa imposición ha afirmado a Nole como líder. Tras un periodo de dudas, en la pista y en casa manda él.
"Hubo una gran lucha mental en mi interior", argumentó Djokovic nada más conquistar el Abierto de Australia. "Antes intenté separar mi vida profesional de la privada. Lo que pasa es que soy humano, emotivo. Fuera de las pistas, había asuntos que debía resolver", explicó. Por ejemplo, el lugar que ocupaban en su carrera su pareja y su familia.
"Ser el número uno es un reto", razona ahora el serbio, que en Canadá se convirtió en el primer tenista desde 1993 en ganar el torneo en el que estrenaba el trono. "Es algo con lo que siempre soñé", continúa; "no quiero pensar en lo negativo o preocuparme por cosas que podrían ocurrir por ser el número uno: ¿Mantendré el puesto el tiempo suficiente? ¿Se me subirá a la cabeza? ¿Tendré problemas con mis emociones?".
A un par de semanas del Abierto de Estados Unidos, la última cita del Grand Slam, Djokovic llegará como el gran favorito a Nueva York, donde el año pasado alcanzó la final, pero cayó ante Rafael Nadal.
Final femenina: Serena Williams-Samantha Stosur (Austria): 6-4 y 6-4.
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