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Los dos pregones de Gràcia

La lectura de un texto alternativo no frena los abucheos a Xavier Trias en su primera fiesta mayor como alcalde

José Ángel Montañés

Se está convirtiendo en una tradición más de la fiesta mayor de Gràcia que hoy comienza en Barcelona y que finaliza el domingo 21 de agosto. A la lectura del pregón desde el balcón de la sede del distrito por un personaje destacado, le ha salido un competidor: el pregón de los colectivos sociales y de indignados que ayer, por segundo año consecutivo, no faltó a su cita con los vecinos de Gràcia. Parecía que el estruendo de más de 80 tambores que tocaban en la plaza lo iban a impedir, pero 10 minutos antes de aparecer en el balcón la pregonera, la periodista deportiva Laia Ferrer, se abrió el balcón del edificio contiguo más próximo al del Ayuntamiento del distrito, justo donde había una pancarta con el lema Gràcia viva y combativa. Ni recortes ni represión. Desde allí, un joven, ayudado por un amplificador leyó un texto dirigiendo su mirada hacia el balcón municipal casi vacío y ante la atención de los asistentes que abarrotaban la plaza. "Queremos el hospital de la Esperanza y las urgencias de 24 horas", dijo al comenzar, con relación al conflicto que viven los vecinos por el cierre parcial de este centro por los recortes. "La fiesta no es de todos, somos víctima de los concejales que sirven a los especuladores", aseguró el joven. "Queremos unas fiestas sin ustedes, ni el PSC ni CiU, ni España ni el Fondo Monetario. Déjennos en paz", concluyó el joven arrancando el aplauso de casi todos.

Acto seguido aparecieron las autoridades, encabezadas por el alcalde Trias; la regidora de distrito Maite Fandos y la presidenta del mismo, Elsa Blasco; el concejal de Cultura Jaume Ciurana; el exalcalde Jordi Hereu, y Alberto Fernández, líder municipal del Partido Popular, entre otros. Todos fueron recibidos con silbidos y gritos por parte de los colectivos sociales que se dejaban oír cada vez que uno de ellos tomaba la palabra, como cuando Fandos pidió respeto por las "autoridades que nos visitan".

Tras el pregón, Trias cerró el acto con un lacónico "Visca la festa major, visca Gràcia", que fue seguido por aplausos que quedaron silenciados por los gritos de los que le pedían: ¡Recórtate tú el sueldo!Gràcia durante el mes de agosto es sinónimo de fiesta popular. Hasta el próximo domingo se han programado en este distrito barcelonés más de 600 actividades -400 de ellas infantiles y familiares- y 175 conciertos que llenarán de música las numerosas plazas de esta villa que quedó agregada a Barcelona.

Pero lo que más personalidad da a estas fiestas son sus calles engalanadas por los vecinos (19 este año) que compiten por los primeros premios. En la mayoría de ellas dominan los elementos que reproducen la naturaleza a partir de los elementos más variados: botellas, bolsas de plástico, hueveras, cartones, latas de refresco, pajitas de helados, telas usadas y un largo etcétera que, una vez recortados, deformados, cosidos o pintados, convierten estas calles en el paraíso del reciclaje.

En la calle de Verdi un enorme galeón de cartón piedra parece salir del edificio que hace esquina con la calle de Rubí. Sirenas y peces no faltan en este mar ciudadano que han recreado en esta calle que siempre parte como una de las favoritas para el primer premio. Pero esto no desanima a nuevos vecinos a comenzar a engalanar la suya. La joven Mónica Marcos, de la calle de Joan Blanques de Baix del Tot, deseaba participar pero sus vecinos de toda la vida no acababan de animarse. Al final son una de las tres nuevas calles (junto a Ciudad Real y Camprodon) que se han lanzado con la decoración callejera. "Somos unas 20 personas implicadas desde hace un montón de meses. No creo que ganemos, pero lo importante es participar", explica bajo unas enormes palmeras que reproducen una selva realizada con botellas de plásticos cortadas por la mitad y monos que cuelgan de lianas y flores de plástico.

Más barroca es la decoración de la calle de Mozart, en la que se han inspirado en el músico que les da nombre para recrear con latas de refresco un enorme telón rojo, que ni el mismísimo Liceo. Tampoco desmerecen unas lámparas doradas de plástico y unas máscaras de teatro. Bob Esponja y su universo marino (Providència), el mundo del rock (plaza de Rovira), un vertedero de ropa vieja (Perla), mariposas y flores multicolores (Ciudad Real), enormes cerillas de cartón (plaza de la Vila), una vuelta al pasado de los elementos históricos de Gràcia (Camprodon) o unas enormes torres medievales realizadas a partir de cientos de botellas de plástico (Lluís Antúnez) son algunos de los ejemplos de cómo estos materiales adquieren nuevas formas y colores y una segunda vida.

En el barrio no solo se engalanan las calles. Contagiados por esta catarsis colectiva, muchas viviendas, bares y locales comerciales también decoran sus fachadas. En la calle de la Encarnació, la residencia de la tercera edad Virreina luce unos enormes girasoles amarillos de papel que cubren toda la fachada y que serán la alegría de los ancianos.

La pregonera Laia Ferrer ha destacado la oferta cultural, los mercados y las asociaciones vecinales y aseguró que en los restaurantes de Gràcia "hay más variedad culinaria que en la cocina de Adrià".

También llamó al civismo: "No tiene ningún sentido que muchos se pasen horas engalanando las calles para que otros se meen encima", dijo.

El Ayuntamiento ha reforzado el transporte público y ha habilitado un autobús lanzadera. Los cuerpos de seguridad intentarán garantizar la seguridad. Sobre todo las seis parejas mixtas, de mosso y guardia urbano, que por primera vez patrullarán juntos para mantener la convivencia y luchar contra la venta ambulante.

Pero en Gràcia no todo el mundo espera vivir la fiesta. Hay comercios que cerrarán durante estos días. El dueño de los restaurantes Kibuka, (uno en Verdi y otro en Goya, junto a la plaza de la Vila) ha decidido dar vacaciones a sus empleados del 16 al 22 inclusive. "En estos días solo entran borrachos", dice uno de sus trabajadores.

El balcón oficial y, al lado, el alternativo para los dos pregones de Gràcia.
El balcón oficial y, al lado, el alternativo para los dos pregones de Gràcia.JOAN SÁNCHEZ

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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