La construcción habla español
La expansión exterior y la diversificación de sus negocios colocan a las grandes empresas nacionales al frente del escalafón europeo, junto a las francesas
Las constructoras españolas han hecho de la diversificación y los mercados exteriores su particular patio de juegos. Estas son las dos grandes ideas que explican por qué España marca el paso en el ranking europeo del sector, con 6 empresas (ACS,
Ferrovial, FCC, Acciona, OHL y Sacyr Vallehermoso) entre las 20 más importantes en 2010 por volumen de ventas, y 7 (las anteriores más San José) entre las 50 primeras por capitalización bursátil. Así lo cuenta Deloitte en su estudio European powers of construction (EPoC), que por primera vez -como respuesta al peso de las constructoras nacionales- se ha elaborado en España.
Junto a las firmas de nuestro país, las compañías francesas (Vinci, Bouygues y Eiffage) y británicas (Balfour Beatty, Carillion) dominan el ranking en términos de facturación. Reino Unido lidera el escalafón por número de empresas, al colocar a 13 constructoras entre esa cincuentena, si bien tienen un tamaño más pequeño que las españolas o las francesas.
Las compañías obtienen fuera de España casi la mitad de sus ingresos
El trabajo de Deloitte radiografía el proceso imparable de internacionalización de las constructoras en España. De hecho, un porcentaje muy elevado de las ventas de OHL (69,74%) y Ferrovial (69,06%) ya procede de fuera. La empresa presidida por Juan Manuel Villar Mir se sitúa como la más diversificada internacionalmente en el escalafón español y la cuarta de entre esas 50 firmas del viejo continente.
Quien no tiene una presencia exterior fuerte trata de adquirirla. "La compra de la alemana Hochtief por ACS permite a la española controlar una empresa en la que más del 90% de las ventas llegan de fuera", apunta Nuria Álvarez, analista de Renta 4. Cierto. La alemana es la constructora europea que mayor porcentaje (91,86%) de ingresos obtiene del mercado exterior, lo que ayuda a compensar el peso limitado de ACS (31,81%) en el área de internacionalización. Solo en EE UU y Canadá consiguió el año pasado -a través de sus filiales Turner y Flatiron- unas ventas de 6.396 millones de euros. Y en Asia y Australia alcanzaron los 10.340 millones. A Hochtief le siguen en esta categoría la austriaca Strabag (85,07%) y la sueca Skanska (78%).
Este recurso al exterior supone que, de media, la mitad de los ingresos de las grandes constructoras europeas se logran fuera de sus fronteras nacionales. No es de extrañar si pensamos que este año la construcción crecerá en Europa solo el 0,2%. Frente a esta situación hay que reaccionar, y, por lo pronto, las principales constructoras españolas ya consiguieron en 2010 sumar 25.706 millones de euros procedentes de los mercados exteriores. O sea, el 46,18% de toda su facturación.
En cuanto a los destinos de esa internacionalización, Javier Parada, socio responsable de infraestructuras de Deloitte, cita a Canadá y América Latina, especialmente Brasil y México, e incide sobre el gran potencial del mercado estadounidense: "La necesidad de inversión en EE UU es brutal. A pesar de los problemas de deuda, tarde o temprano deberá afrontar su déficit de inversiones en infraestructuras, aunque para ello tenga que aplicar algún impuesto especial". De fondo, un criterio común: operar en países con elevada seguridad jurídica y donde la competencia sea asumible, ya que, por ejemplo, en el Magreb y en el África subsahariana las constructoras chinas dominan buena parte del mercado, complicando la entrada de otros competidores.
En esta búsqueda de una nueva identidad, la aportación de actividades diferentes de la construcción resultará fundamental. "A fin de cuentas, el gasto público en España hay que reducirlo, y lógicamente la obra estatal descenderá con fuerza", reflexiona Soledad Pellón, analista de IG Markets. Incluso hay quien avanza las primeras consecuencias: "Los ingresos procedentes de la construcción de las cotizadas españolas caerán en 2011 un 13%", prevén en Ahorro Corporación. Así las cosas, "si las constructoras no hubieran emprendido este movimiento, el escenario sería más complicado, ya que habrían tenido que afrontar un descenso de sus ingresos del 40% o 50%", aventura Javier Parada, socio de Deloitte.
Esta diversificación de las firmas europeas se ha orientado hacia actividades con márgenes más altos (el sector se mueve entre el 3% y el 5% en rentabilidad) y flujos de caja más predecibles. Por ahora, OHL es la constructora española, según el EPoC, con una mayor cartera fuera del sector de la construcción, ya que un 30,1% de sus ventas procede de actividades relacionadas con otras áreas. Ese porcentaje la sitúa como la segunda más diversificada del mundo después de Vinci (41,4%). Y, por tanto, no es de extrañar que la empresa de Villar Mir, con un margen operativo del 14,3%, lidere el ranking en su relación entre rentabilidad y ventas.
Pero además de esa foto fija de la industria en 2010, quizá lo más valioso sea lo que está por suceder. Y los números avanzan que ACS -tras controlar más del 50% de Hochtief- se convertirá este año en la primera constructora por facturación de Europa al sumar (desde junio pasado puede consolidar los ingresos) sus ventas (15.380 millones de euros) a los de la alemana (20.159 millones). En total, 35.539 millones de euros, que suponen 2.163 millones más que la francesa Vinci, quien hasta ahora lideraba el escalafón europeo seguida de la también gala Bouygues.
Otro capítulo ineludible es el de la deuda, en principio el talón de Aquiles para las compañías españolas del sector. De las ocho constructoras con mayor deuda neta en 2010 de Europa, seis son españolas, con Ferrovial (19.789 millones de euros) a la cabeza. Le acompañan Vinci (13.060 millones), Eiffage (12.494), Sacyr Vallehermoso (10.995), ACS (8.003), FCC (7.749), Acciona (6.587) y OHL (4.420).
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