La ruleta de la Bolsa
Las Bolsas han dejado de ser el indicador de la buena salud económica y productiva de un país, como nos han hecho creer los economistas y estudiosos de la economía. Por lo menos así lo perciben los ciudadanos de a pie. Desde que las Bolsas se han erigido en la "mayor casa de apuestas del mundo", donde un rumor hace bajar un 10% a una compañía que mueve miles de millones, donde unos cuantos especuladores financieros globales tumban las expectativas de los Estados occidentales, donde una simple predicción de una agencia de calificación o de determinada empresa de consultoría financiera hace tiritar los cimientos de la humanidad, percibimos los ciudadanos que estos movimientos son ajenos a la economía productiva, real y diaria del pueblo.
Lo que no llegamos a comprender es por qué nos tienen que cobrar más intereses, es más difícil acceder al crédito, o tengamos que pagar más por los productos o servicios elementales. Alguien especula, apuesta y nos mete, sin saberlo, en la ruleta de otros. Nuestro dinero (trabajo) está en el tapete, sin saberlo.
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