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La Confederación Hidrográfica avala el plan para perforar el Cañón del Sil

Iberdrola modifica el que el bipartito y el ministerio frenaron en 2007

El proyecto de Iberdrola para obtener más energía en el Cañón del Sil perforando la montaña, tiene el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. El presidente de este organismo de cuenca, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Francisco Fernández Liñares, sostiene que no habrá impacto ambiental con la construcción de la presa de Santa Cristina en una zona declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) e incluida en la Red Natura. Liñares se ampara en "un informe de un catedrático de la Universidad de Santiago" que desmiente el que manejaba el bipartito en el que se alertaba de la pérdida de masa forestal autóctona y que la Xunta remitió en 2007 al Ministerio de Medio Ambiente para informar contra la solicitud de Iberdrola.

El organismo de cuenca afirma que la empresa "modificó" su proyecto

Aunque, según reconoce el presidente de la Confederación Hidrográfica, el proyecto de Iberdrola es "ya viejo" -el mismo que rechazaron Xunta y Ministerio en 2007- la hidroeléctrica "modificó el elemento más importante", las balsas -con capacidad para 4,1 hectómetros cúbicos cada una- que se ubicarán sobre la cima de la montaña horadada para recoger agua de día y bajarla por la noche para turbinarla. La modificación del proyecto de Iberdrola es "importante" porque la eléctrica ha trasladado la ubicación de la gran balsa superior varios kilómetros hasta dejarla en una zona "que no está inlcuida dentro del LIC", según detalla Liñares.

El presidente de la Confederación Hidrográfica advierte de que Iberdrola "es una empresa que trabaja con la ley en la mano". Junto a ello, justifica los continuos proyectos hidráulicos en el Cañón del Sil: "La producción de energía eléctrica es muy necesaria", destaca el presidente del organismo de cuenca. Y precisa que "la ley no prohíbe el aprovechamiento hidráulico en la cuenca del río Sil".

Liñares asegura que su postura no es contraria a la que la ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, -de quien depende el organismo que él preside- puso de manifiesto en el Senado el pasado enero cuando afirmó con contundencia que el número de aprovechamientos hidroeléctricos de la cuenca del Miño-Sil es "extraordinariamente elevado" y advirtió a continuación que, por tal motivo, las nuevas concesiones causarían un "importante impacto ambiental".

Liñares reconoce que la ministra declaró, en la misma intervención en el Senado, que suspendería la concesión de nuevos aprovechamientos en el Miño-Sil hasta la aprobación del Plan Hidrológico, pero matiza que ese documento estará listo "antes de que Iberdrola ejecute la obra" en Santa Cristina. Pendiente del periodo de alegaciones, que solo durará este mes, el responsable de la Confederación puntualiza que el proyecto de Ibredrola "no fue nunca denegado" sino que "trabajaron con la ley en la mano para adecuarlo".

"Los que protestan no conocen la ley"

"Las críticas de los ecologistas [al proyecto que supondrá perforar hasta la cima la montaña en el Cañón del Sil] son más ruido que nueces", sostiene el presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. Liñares considera que quienes protestan por la concesión de nuevas hidroeléctricas en esta zona protegida "no conocen la Constitución española", que protege "la existencia de la propiedad privada". "Los accionistas de Iberdrola tienen derecho a ganar dinero", precisa el presidente del organismo de cuenca, y tilda de "simple" el discurso de quienes protestan.

El presidente de la asociación ecologista Ríos con Vida y profesor de Derecho Ambiental, Pedro Brufao, sostiene que lo preocupante del nuevo proyecto de Iberdrola en el Cañón del Sil es que "van a destrozar una montaña para gastar muchísima electricidad barata y convertirla en electricidad cara".

Brufao explica que la propuesta que la hidroeléctrica somete ahora nuevamente al informe de impacto ambiental, supone producir energía en las llamadas "horas valle", cuando es barato, bombeando 108 toneladas de agua por segundo hacia la cima de la montaña y dejándola caer después para turbinarla, obteniendo así "un gran beneficio económico". Pero Brufao advierte de que esta acción supone "un disparate social y ambiental". Las centrales que la compañía Iberdrola tiene en la cuenca del Sil alcanzaron el año pasado su mayor nivel de producción energética de los últimos 31 años: casi 4.000 megavatios por hora que, según la empresa, supusieron "energía suficiente para abastecer el consumo medio anual de 1,8 millones de personas".

Cuando la ministra Rosa Aguilar compareció en enero pasado para hablar de su programa hidroeléctrico en el Senado, las asociaciones ecologistas entendieron que Iberdrola se quedaría sin su proyecto estrella en el Cañón del Sil, el de Santa Cristina, que Iberdrola había reservado para el final de su ampliación acometida durante varias fases anuales.

La propuesta de instalación del potente turbinado en Santa Cristina figuraba en el paquete de los 43 proyectos que la nueva titular del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino acababa de congelar con la suspensión cautelar de concesiones a las hidroeléctricas en la cuenca del Miño-Sil. Su declaración -matizada ahora por su representante en la Confederación Hidrográfica- fue aplaudida por las agrupaciones ecologistas.

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