Visto en Madrid
Dos blogueras crean su web de moda con imágenes de gente captada en la calle
Sara Picazo tiene 27 años y trabaja como asesora de comunicación. Es una chica cosmopolita a la que le va la moda vintage. En mayo se puso más elegante para asistir a una reunión de trabajo en el centro de la ciudad: usó una falda tipo bailarina, con aire romántico, un look muy femenino. A la salida de la reunión cogió un taxi en la plaza de Colón, un gesto corriente entre los ejecutivos de la urbe rumbo de nuevo a la oficina, café de Starbucks en mano si es posible. Picazo en ese momento fue retratada sin ella saberlo y su imagen, parada en la acera haciendo un suave gesto con la mano, comenzó a circular por Internet. Le llegó el correo electrónico de una amiga: "¡Sales en una web de moda!".
Una dependienta retratada con un cigarro en la mano se quejó una vez
Se inspiran en The Sartorialist, una de las páginas de moda más famosas
Este universo 'cotilla' lo crearon a finales de septiembre del año pasado
Reciben entre 6.000 y 7.000 visitas diarias de usuarios muy fieles
En efecto la foto de Picazo estaba colgada en Loca por tu ropa (www.locaporturopa.com), una web donde a diario se publica la imagen de mujeres que destacan por su atuendo y que hayan sido vistas días atrás por Madrid. La idea es de Sandra Iniesto y María González, dos amigas que se conocieron en un máster de televisión, pero que pronto se dieron cuenta de que su pasión era la moda. Una vez colgada la foto, una especie de sanedrín de los asiduos a la página se pone a opinar. Sobre Picazo, la chica inmortalizada en la búsqueda eterna de un taxi, se escribió en su día, una vez que se había convertido en lo más visto de la semana: "¡Me encanta! Aunque encuentro superdifícil de combinar esa falda para que no quede ni muy arreglada ni muy tirada. Esta chica la lleva genial". Los había más quisquillosos: "Los zapatos no me terminan de convencer del todo...".
Este universo cotilla lo crearon a finales de septiembre del año pasado las dos amigas. Fue como plasmar en la Red aquello a lo que dedicaban muchas tardes: sentarse en un café y opinar sobre lo que llevaban puesto las otras clientas o la primera que pasaba por la calle. Casi un año después reciben entre 6.000 y 7.000 visitas diarias. Esta semana, para rentabilizar el asunto, han abierto una tienda donde se puede comprar ropa que ellas han seleccionado de tiendas de moda locales que no venden sus creaciones por Internet.
La cita con María y Sandra, de 33 y 30 años, tiene lugar en la plaza del Callao. El redactor y el fotógrafo no pueden evitar sentirse presionados ante el qué dirán sobre su ropa. Cada uno ha intentado ir elegante a su modo. Aunque lo primero que aclaran ellas es que no emiten juicios desfavorables. ¡Qué alivio! Una vez sentados en una cafetería, una pide un refresco light y la otra un café descafeinado con leche desnatada y sacarina. El camarero pone cara de póquer.
Las dos son de fuera, de Pamplona y Arévalo (Ávila), y vinieron a Madrid para hacer el posgrado en el que se conocieron. Conectaron rápido. Trabajaron en productoras y programas de televisión (y aún lo hacen), pero siempre tuvieron inquietudes por la moda y durante un tiempo estuvieron dándole vueltas a cómo colmarlas. Existe una web en Estados Unidos, The Sartorialist, con una idea parecida: retratar a gente por la calle para que sirva de inspiración a los internautas. La filosofía de Loca por tu ropa se resume en la propia web: "Si te quedas hipnotizada observando lo que lleva la gente por ahí y quieres imitarlo... eres de las nuestras. Todo lo que vemos y nos gusta lo plasmamos en la web. Ni celebs ni nada... ¡la moda eres tú!". Visto en Madrid, firman al lado de cada retrato.
La aventura comenzó como un blog pero creció con la ambición de la pareja y pasaron a crear una web. Es común verlas por el centro de la ciudad parando a gente, dándoles la tarjeta de la página (una especie de acreditación que demuestra que no han perdido el juicio) y después sacándoles una foto con las cámaras que llevan al cuello. Antes, como hicieron con la chica del taxi, tomaban fotos espontáneas de personas que a veces ni si enteraban. Sin embargo, en una ocasión una dependienta ("vestida muy mona") que había sido inmortalizada en la puerta de la tienda con un pitillo en la mano se quejó porque a su jefe no le hacía gracia que los empleados fumasen a la entrada del negocio. Es una excepción: "A la gente le suele encantar que les paren para elogiarles la vestimenta". Picazo, orgullosa, llegó a colgar la entrada del blog en el que hablaban de ella en Facebook. De todos modos, ahora preguntan casi siempre antes de disparar.
De nuevo en la calle, en Fuencarral, Iniesto y González se sientan para diseccionar a todo el que pasa. Elogian a una madre y una hija vestidas estupendamente con trajes de algodón y sandalias. Descartan por obvio a un chico muy moderno que se siente observado y se acerca tocándose el sombrero, como dándose un aire misterioso. "A esa también la retrataríamos", acuerdan acerca de una adolescente con pantalón vaquero corto y una sencilla camiseta. Descartan a otra con altos vuelos y tacones imposibles. "Es un instinto, algo que llevas dentro, lo que te hace elegir a una o a otra", dicen enigmáticas. La moda, definitivamente, es un misterio.
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