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Reportaje:

Una institución en la danza

El legado de ocho décadas de historia de los Ballets de Olaeta llega a San Sebastián - La muestra reúne trajes, fotos y partituras

El devenir de los Ballets de Olaeta concentra 80 años de "arte, historia y sentimiento", resume Cristina Giménez, comisaria de la muestra dedicada a la formación e inaugurada ayer en San Sebastián. La exposición, hasta el 9 de septiembre en las Sala Kutxa Boulevard, relata a través de carteles, partituras, fotografías y trajes la historia de una familia, capitaneada por Segundo Olaeta, que fusionó danza clásica y folclore vasco, un estilo que exportó a Francia y América y en el que formaron a cerca de 10.000 alumnos en la academia que abrieron en Bilbao a finales de los años cuarenta.

"El centro de formación cerró hace cuatro años, cuando murió Víctor Olaeta, representante de la segunda generación de bailarines", explica Giménez pero el legado de los Ballets, donado por la familia a la Diputación de Bizkaia, mantiene vivo el espíritu de la formación.

La retrospectiva resume 80 años de sentimiento y arte, destaca la comisaria
La familia transmitió su legado a 10.000 alumnos en su academia

"Guardaron de forma inconsciente, por no tirarlos a la basura, programas, carteles, cintas y partituras y gracias a ello hemos podido articular una exposición completísima y con una continuidad en el tiempo porque hay documentos de todas las épocas", añade la comisaria. La muestra ha viajado en los dos últimos años por Bilbao, Baiona, Gernika y Burdeos y aunque la tercera generación de Olaetas no ha continuado con la tradición familiar por cuestiones profesionales dos miembros de la misma, Agurchane Zallo Olaeta y Lide Maguregui Olaeta, bailaron ayer en la inauguración.

El valor artístico de Olaeta, coreografía de un sueño reside, según la especialista, "en la gran variedad de objetos conservados que demuestran la importancia de los Ballets en la cultura vasca". Para la comisaria la relevancia de la formación se sustenta en la "libertad con la que trabajaron y aplicaron a la fusión de lo clásico y lo vasco, supieron hacer de lo pequeño algo grande y de lo grande algo pequeño sin desmerecer ninguno de los dos estilos", puntualiza.

De todos los elementos expuestos -los fondos incluyen, entre otras cosas, 700 trajes y 2.000 fotografías-. Giménez destaca la relevancia de Danzas Suletinas, una pintura de gran formato de José María Ucelay, inspirado en los Ballets y propiedad del BBVA. El pintor no fue el único representante de la cultura vasca con el que la familia mantuvo relación como demuestra la correspondencia con el compositor Jesús Guridi o el padre Donostia.

La historia de los Olaeta además encierra multitud de anécdotas, recuerda Giménez. Desde aquella ocasión en que fueron presentados por Humphrey Bogart y Lauren Bacall durante una actuación en una gira por América y tras la cual acabarían bailando con los actores. A cuando, exiliados en Francia a causa de la Guerra Civil, se vieron obligados a actuar en varias ocasiones ante los nazi.

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