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El Puerto de Vigo mantiene vacío un silo que costó más de 23 millones

Los ecologistas tacharon el silo de "obra absurda e ilegal" que nadie demandó

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y Corina Porro, a la sazón presidenta de la Autoridad Portuaria de Vigo, inauguraron en diciembre, en el relleno de Bouzas, un silo para el almacenamiento de coches en altura cuya construcción costó más de 23 millones de euros y que a día de hoy sigue ostensiblemente vacío, sin que la Autoridad Portuaria ofrezca ninguna explicación de los motivos de esa inutilización ni de las expectativas que alienta en relación con el edificio. Tampoco informa del grado de ocupación de 40 almacenes para armadores inaugurados en 2008 y que costaron 3,5 millones.

El relleno de Bouzas, de cerca de un millón de metros cuadrados de superficie, reserva unos 350.000 metros cuadrados para estacionamiento de coches. Pueden aparcar en él unos 14.000 vehículos, que van rotando así se embarcan o se movilizan tierra adentro, hasta sumar el paso de unos 600.000 vehículos al año. La gran mayoría proceden de la factoría PSA Peugeot Citroën, que utiliza esa plataforma para sus tráficos diarios con Francia. Otros 50.000 vehículos corresponden a otras marcas. En el contexto de estos tráficos se proyectó el silo, de cuyo uso Citroën enseguida se desmarcó aduciendo que restaba operatividad a su logística. La obra era indicada para almacenar coches que precisaran esperas más largas en el puerto.

Los fondos europeos financiaron 14,5 millones de euros del coste del silo. El edificio ocupa casi 20.000 metros cuadrados de suelo y en total ofrece 59.000 para estacionar 4.000 coches en tres plantas. Se trata de una "estructura metálica desmontable" en la que se emplearon 4.600 toneladas de vigas de acero, forjados de tramex (estructura metálica muy resistente a grandes cargas) y otros aditamentos modernos como los paneles fotovoltaicos integrados en vidrio traslúcido de color azul, que generan una potencia instalada de 100 kilowatios para generación eléctrica de venta a red.

Pero el edificio no se ocupa y, consecuentemente, no genera los ingresos que justificarían la inversión en él. El único dato constatable es el gasto, este año, de 120.000 euros para mantenimiento, para obras complementarias o para liquidar su construcción: el silencio de la Autoridad Portuaria impide ninguna certeza. El colectivo Bouzas-Móvete, y a su través la red ecologista A Ría non se Vende, lo considera "una obra absurda e ilegal" -porque nadie la demandó y porque se construyó en ausencia del plan de usos portuarios, ahora Delimitación de Espacios y Usos Portuarios, que sigue brillando por su ausencia en el puerto de Vigo-, un "pegote" de 10 metros de altura que provoca "una barrera visual como pantalla permanente", y lo denunció en los tribunales.

En su inauguración, sin embargo, Porro consideró la consideró una infraestructura "clave". "En pocos lugares se mezcla con tanto acierto la cadena del mar y las necesidades de la industria", alabó Feijóo. Ambos emplazaron la funcionalidad del silo a la inminente apertura de la autopista del mar, que no obstante tampoco acaba de producirse. "Vigo hizo ya todos sus deberes, la pelota está ahora en el tejado de los Gobiernos de España y Francia", sentenció la semana pasada Ignacio López-Chaves, actual presidente del Puerto vigués, sobre la demora acumulada.

Por su parte, los almacenes construidos en el mismo área de Bouzas con financiación europea permanecieron absolutamente vacíos durante dos años porque los usuarios a los que fueron destinados consideraban muy altas las tarifas requeridas por su utilización. En 2009 se lo comunicaron así a Corina Porro, apenas tomar ella posesión de la presidencia de la Autoridad Portuaria de Vigo, para que tomara cartas en el asunto. A día de hoy, según fuentes ajenas a la Autoridad Portuaria, su ocupación es imprecisa, pero en todo caso "mínima".

La autopista del mar

Las primeras noticias sobre la implantación de la autopista del mar en Vigo, entre su puerto y el francés de Saint Nazaire, señalaron su apertura en 2009. La demora que se ha ido acumulando se atribuyó primero a una falta de acuerdo entre las empresas Acciona Transmediterránea, que fue la adjudicataria de la explotación pero no reunía los tráficos necesarios, y la Compañía Marítima Hispano Francesa (CMHF), que ya realiza los fletes para Citroën. Ambas compañías firmaron finalmente el pasado mes de enero, con gran solemnidad, un acuerdo para el traspaso de competencias que se presentó como el pistoletazo de salida. En abril se anunció que comenzaría a funcionar al cabo tres meses. Las últimas noticias apuntan que en septiembre.

Para acceder a las importantes subvenciones comunitarias que acompañan la explotación de la ruta -en tanto que elimina tráficos por tierra menos eficientes y más contaminantes-, la CMHF ha de garantizar unas frecuencias y volúmenes de transporte que no termina de alcanzar. Es el obstáculo que López-Chaves traslada a los arcanos de la negociación entre los Gobiernos de España y Francia y que supuestamente sería la causa de que el silo de Bouzas permanezca tan vacío como el día de su estreno.

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