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Más chicos delincuentes en la costa

El número de menores que fueron llevados a juicio en la comunidad el año pasado, más de 1.300, debido a la gravedad de sus infracciones, aumentó un 12,62%

En proporción al número de habitantes, en la costa hay más chicos que cometen delitos que en el interior de Galicia, y sus actos son bastante más graves. Además, reinciden con más frecuencia y transgreden la ley más en verano que en invierno. Con ellos funcionan menos los programas de reforma y quebrantan más las medidas de disciplina que se les imponen. También son más los que, con la mayoría de edad, siguen delinquiendo y acaban en prisión. En Pontevedra y A Coruña, y dentro de estas provincias en las comarcas costeras, surgen los grandes problemas.

Begoña Villaverde, trabajadora social del equipo de menores de los juzgados de Ourense, asegura que existe un abismo entre los menores infractores de su provincia y los de Vigo, que suelen entrar como internos en centros tutelados de Ourense. Estos niños "en conflicto" de "ciudad grande" son "muy reincidentes, roban motos y coches, coquetean con las drogas, trapichean y provocan accidentes de tráfico".

En puerto de mar se llega "más rápido a las manos", asegura un fiscal
Los jóvenes que maltratan a los padres aumentan en toda Galicia

Puede haber muchas explicaciones, pero el fiscal de menores de A Coruña, Carlos Mariscal, que pone como ejemplo de este fenómeno costero la comarca de O Barbanza ("donde, proporcionalmente el número de delitos es muy superior al de habitantes"), cita algunas de las posibles causas. En la costa se hace "más vida social", es más fácil "el contacto" con otros jóvenes porque la gente está más concentrada.

Los chicos pasan "más tiempo en la calle", sin el control de unos padres muy "ocupados", hay "más roce", "llegan muy rápido a las manos", "son más violentos", y tienen "más en qué gastar". Necesitan dinero extra para comprar la última tecnología y andar a la moda, por eso cometen más robos con fuerza, muchas veces hiriendo a otras personas. Los casos acaban en juicio por su gravedad, mientras que en el interior se dan más las mediaciones, a cargo de los equipos de menores (un educador, un trabajador social y un psicólogo) de los juzgados.

Además, estos profesionales, en Lugo y Ourense, le pueden dedicar más tiempo a cada chico porque atienden menos casos, y hay una garantía de éxito mayor. Lo ideal sería que el 50% de los casos se resolviesen de forma extrajudicial, con mediación, pero por ejemplo en A Coruña (donde los equipos están, como en Pontevedra, "desbordados"), solo ocurre con el 16% de los asuntos.

La edad mínima para ser denunciados ante la fiscalía son los 14 años. Antes, explica Villaverde, se considera que "la responsabilidad", o "la negligencia", es de los padres. "Pero está demostrado que, muchas veces, los padres no tienen culpa", dice: "Hay chavales con trastornos de personalidad. Maltratadores, narcisistas, antisociales. No se puede justificar a un menor que cometió un delito diciendo que es que se le cruzó el cable. Incluso los hay que roban teniendo dinero, y otros que maltratan a la familia y son ejemplares en el colegio. Estos aún son más peligrosos porque son inteligentes". Los chicos malos, además, suelen atraerse y terminan actuando en pandilla, porque "en grupo se sienten más protegidos", comenta el fiscal, que además destaca el "repunte de las bandas colombianas y dominicanas, de chicos o chicas", con hábitos violentos.

Según los datos que hizo públicos en su memoria anual la Fiscalía Superior esta semana, 1.321 menores fueron llevados a juicio en 2010, un 12,62% más que en 2009, y se tramitaron 1.740 expedientes de reforma, de los que 265 tuvieron solución extraprocesual, por conciliación o reparación del daño. El año pasado, se incoaron expedientes de 3.676 delitos de menores, entre los que abundaron aquellos contra el patrimonio (sobre todo robos con fuerza), seguidos de los robos y hurtos, las lesiones y las infracciones contra la seguridad vial.

No hay un solo perfil de delincuente juvenil. "Hay chicos de familias normalizadas o de otras en riesgo quizás solo por el horario laboral de los padres, pero también de familias desestructuradas, o marginales", refiere Mariscal. Últimamente, delinquen más jóvenes de estrato económico alto, y más mujeres (cerca de un 20% del total). Ellas ya ganan hoy en el apartado de "las amenazas, los insultos y las coacciones a través de internet". Sus rivalidades, además, suelen estar "más enquistadas".

Según el fiscal, se nota "un incremento de niños conflictivos, violentos, denunciados por lesiones o agresiones". Y aumentan en toda Galicia los menores maltratadores contra padres y hermanos. "En algunos, este problema se manifiesta ya a los 11 años", dice Carlos Mariscal, "y duplica a la violencia de género" en adolescentes. Los menores agreden física y moralmente a sus "atemorizados" padres, los encierran en un cuarto para poder salir, y les roban dinero y joyas (algo que no persigue la ley si ocurre en el seno familiar). Villaverde advierte de que el problema va a más y solo se podrá solucionar "si las víctimas, los padres, se asocian".

Otro grupo lo forman los que conducen sin carné, ricos o pobres, a bordo del coche paterno o de ciclomotores robados. Y uno más lo componen los acosadores escolares, que "casi siempre permanecen ocultos porque las víctimas callan", lamenta el fiscal, que conoce, en A Coruña, algún caso "en niños de 7 u 8 años". "Muchas veces, el colegio pretende que se vaya el acosado para zanjar el asunto".

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