"No quiero irme sin luchar"
Parado, participio del verbo parar: detener el movimiento. Una palabra que no define a Alexia Maniega, a pesar de que lleve parada desde octubre del año pasado. En situación de desempleo, pero sin dejar de moverse, con las ideas claras y la necesidad de buscar soluciones. "Aunque estemos en una mala época, hay que luchar para que la situación mejore", apunta segura esta arquitecta. La "mala" situación es la que reflejó la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre en la que se rozaron los cinco millones de desempleados.
El 90% de los que perdieron el empleo entre enero y marzo era menor de 35 años. Maniega tiene 32 y se licenció en 2007, cuando se construía a un ritmo que parecía imparable. Entonces, tras acabar la carrera, tardó solo dos meses en encontrar trabajo y consiguió encadenar varios hasta octubre del año pasado, cuando la burbuja inmobiliaria ya había estallado. Ahora ya son casi nueve los meses que lleva sin trabajar.
"No es sano que se vuelva al 'boom' porque eso no lleva a ningún lado"
Llega a la entrevista con una falda larga y una camiseta negra adornada con una chapa del Sindicato de Arquitectos, del que es secretaria de actas. Una función que asumió para tratar de "dignificar la profesión desde abajo". "Si alguien se ha hecho de oro han sido los promotores, los constructores y, a lo mejor, los jefes de los estudios", se queja Maniega. "El sueldo medio de un arquitecto era de alrededor de 16.000 euros anuales [el ejercicio pasado]. Alguien puede estar muy arriba, pero también alguien puede estar muy por debajo", añade.
Maniega es joven y también mujer. La EPA del primer trimestre mostraba que el desempleo avanzó a mayor velocidad entre las mujeres, aunque continúe habiendo mayor número de parados varones.
A pesar de estos datos, Maniega es optimista, por lo menos hasta cierto punto, sobre una posible recuperación. "Mientras pueda quiero trabajar aquí y luchar para que las condiciones laborales mejoren". Para que la situación avance considera que es necesario trabajar entre todos. Por eso no le sorprende que el Movimiento 15-M haya movilizado a los jóvenes, y a los no tanto, para demandar soluciones sociales, económicas y políticas.
En su caso, ella decidió que la forma de buscar soluciones era asociándose al Sindicato de Arquitectos, que nació a comienzos de 2010 para defender las condiciones laborales de su profesión. "Hay gente que ha empezado a estudiar arquitectura pensando que te garantizaba una inserción laboral y unas condiciones estupendas y no es así", asegura esta profesional a la que le hubiera gustado participar en la construcción del Guggenheim de Nueva York o en el edificio del BBVA de Madrid que realizó Juan de Oteiza. En general, asegura que le gusta que haya un aspecto racional en la arquitectura.
Una racionalidad que también aplica al modelo económico. "No es sano que se vuelva a un boom porque eso no lleva a ningún lado", asegura esta arquitecta vocacional, que prefiere la arquitectura que "con lo menos posible, permite hacer lo más". "Tiene que ser algo mucho más racional, de bajo gasto energético, enfocado a rehabilitar, aunque esto sea lo único que dicen los políticos", añade. "No se puede derrochar de la manera que se ha gastado y que se sigue derrochando en muchos aspectos", señala contundente.
Un espíritu combativo que tiene desde que era estudiante. "Cuando se estaba construyendo la ampliación del Reina Sofia nos llevaron a ver la obra, se estaba desarrollando el volumen del auditorio con una fibra de carbono que costaba cada pieza una millonada y yo levanté la mano y pregunté: '¿Esto no se podría hacer de chapa de acero lacada y lo que nos ahorramos lo usamos para rehabilitar los edificios que hay en malas condiciones en Lavapiés?".
¿Y el futuro? Al ver que no encuentra trabajo, se plantea establecerse por su cuenta. "Esa es la única solución,... o irse fuera de España", apunta. "En el extranjero consigues las condiciones laborales que no puedes tener aquí, que te permiten tener un proyecto de vida, no tener la inquietud de 'mañana me voy a la calle' y que se te valore por tu trabajo", añade. "Me planteo salir de España, pero me da rabia no luchar. No quiero irme abandonando".
