Zidane rescata el chándal

Dijo Fabio Cannavaro cuando colgó las botas hace un par de semanas que quería ser lo que es Figo en el Inter y Zidane en el Madrid. Pero mientras el defensa italiano será la imagen pública del Al Ahli (equipo de los Emiratos Árabes donde jugó el último año) y Figo se ha convertido en una especie de embajador del Inter, Zidane es uno más de la plantilla madridista. Ya no solo porque así le define José Mourinho -"es uno de nosotros", aclaró-, sino porque hace vida de jugador con los jugadores. Zizou ha rescatado el chándal y así vestido baja todos los días a los campos de entrenamiento.

El francés firma autógrafos como un futbolista más de la plantilla. Ya no juega, pero ahí está, a pie de campo. Hasta hace cinco años vivía pegado a un balón. Ahora es curioso verle pasear con una carpeta debajo del brazo. Va con su nuevo cargo: director de fútbol del primer equipo. "La imagen que transmite y el carisma que tiene son muy importantes para desempeñar su nuevo papel de enlace entre la plantilla y la directiva. Muchos le admiramos como futbolista y ahora nos sentimos muy cómodos teniéndolo a nuestro lado", analiza Xabi Alonso. "Es nuestro apoyo. Era importante tener una referencia y ahora sabemos que vamos a poder contar con él", le hace eco Carvalho.

"No parece querer estar en el banquillo, pero me conforta tenerlo al lado", cuenta Mourinho

Si en los últimos dos años su figura ha sido meramente simbólica dentro del Madrid, ahora Zidane ha dejado de lado sus compromisos publicitarios para acercarse al primer equipo. Cuando Florentino Pérez anunció, en marzo de 2009, que volvería a presentarse a las elecciones, dijo que lo haría acompañado por Jorge Valdano y Zidane. El francés vivió su primer año lejos de los focos. Era una especie de asesor del presidente. La temporada pasada, Zizou se asomó más al escenario. Mourinho reclamó su presencia y Zidane empezó a viajar con el equipo en los partidos de Champions fuera de casa.

Ahora, con la salida de Valdano, su proceso de aprendizaje parece haber terminado. Zizou ya no solo viaja con el equipo, sino que se pasea a diario por Valdebebas -allí estuvo haciendo de cicerón a los nuevos la primera semana, cuando Mourinho seguía de vacaciones-, presencia las charlas con los jugadores y con la dirección deportiva, y también participa en la política de fichajes. Suyo ha sido el de Varane, por ejemplo, el central francés de 18 años que solo ha disputado 23 partidos en Primera. Así lo reconoció Sergio Ramos: "Viene recomendado por Zizou, así que no puede ser otra cosa que bueno".

El día a día de Zidane en Los Ángeles es igual al de los jugadores y del cuerpo técnico. Desayuna con ellos y se marcha con ellos a los entrenamientos. Hay días que llega el primero y comparte la mañana con los utileros. Otros, en el que se le ve charlando con Benzema (el punta francés buscó su mirada en el banquillo el sábado tras marcar el cuarto gol contra los Galaxy). Y otros días en que se le oye reírse a carcajadas escuchando algún chiste de Mourinho. O más serio, conversando con el director deportivo, Miguel Pardeza. El sábado pasado, en el Memorial Coliseum, escenario del primer amistoso, Zizou no se separó de Mourinho desde que bajaron del autocar. Se sentó en el banquillo como uno más. Y el portugués iba a buscarle constantemente. "No me parece que vaya a querer sentarse en el banco en los partidos oficiales... pero de momento, en estos amistosos, sí. Me conforta tenerlo al lado", explica Mourinho; "porque es uno de nosotros, porque somos un grupo diferente al del año pasado, porque tiene una posición jerárquica dentro de la directiva, pero es un hombre de fútbol. Conoce las dinámicas de grupo, las alegrías, las debilidades y los momentos de dificultad por los que pasan los jugadores y el entrenador", analiza el técnico.

"Zidane es la persona idónea. Le tenemos como apoyo y como referencia de cara a la directiva y al cuerpo técnico. Para cualquier problema sabemos que su puerta está abierta. Sabemos que allí está una persona cercana para pedir consejos", asegura Sergio Ramos. A los 39 años, esa es la nueva vida de Zidane.