Cuentas y cuentos en la rebotica
El ajuste del gasto público pone en un brete a las mayores farmacéuticas españolas
A la enfermedad de la crisis general se han unido en el caso de las farmacéuticas los efectos secundarios de los remedios aplicados por las administraciones públicas. Las medidas de ajuste del gasto impulsadas por el Gobierno -hace un mes se cumplió un año de la entrada en vigor de dos decretos que recortaron los precios de los medicamentos genéricos, modificaron los precios de referencia e introdujeron deducciones obligatorias del 7,5% en los de los medicamentos no genéricos- y las auspiciadas por las comunidades autónomas -Andalucía va a sacar a concurso los principios activos más recetados por sus médicos, Galicia ha decidido restringir en su territorio el número de medicamentos financiados con dinero público, algo que baraja también hacer Madrid, y Cataluña ensaya un sistema de precio variable para los medicamentos de dispensación hospitalaria- están resultando una medicina amarga y onerosa para los mayores laboratorios españoles. Así, todos los grupos cotizados han visto reducirse sus beneficios o ampliarse sus pérdidas en los primeros meses del año.
Almirall, Biosearch, Zeltia, Faes Farma y Rovi empeoran sus beneficios en 2011
La mala evolución de las ventas en el mercado doméstico les ha obligado en muchos casos, aunque con desiguales resultados, a aplicarse planes de ajuste, a acelerar la puesta a punto y la comercialización de nuevos productos y a intentar buscarse el pan en mercados internacionales.
Según las últimas cifras oficiales, el gasto farmacéutico en España descendió en mayo un 10% con relación a igual mes del año anterior (el gasto público en medicinas había caído ya un 3% en 2010). Los analistas de Ahorro Corporación esperan, sin embargo, que en la segunda mitad de 2011 "los descensos en el gasto farmacéutico se suavicen, dado que durante la primera mitad la base de comparación es extremadamente favorable, al no aplicarse en 2010 las rebajas de precios impuestas en 2010".
A la espera de esos hipotéticos mejores tiempos, el grupo Almirall, que ha visto reducirse en un 40% su beneficio neto en el primer trimestre y en un 21,7% en el pasado ejercicio, ha puesto en marcha un plan de reducción de la estructura comercial y de concentración de actividades que le va a generar un ahorro de siete millones este año y de 25 millones a partir de 2012. El laboratorio de la familia Gallardo destinó 20 millones de euros en 2010 a una reestructuración que implica un recorte de 221 empleos y el cierre de una planta de producción. Su facturación descendió un 12,3% en el primer trimestre, pero Almirall espera mejorar estas cifras y situar la caída de las ventas en el ejercicio en un "dígito sencillo porcentual alto". Y confía también en cerrar 2011 con una caída del beneficio de "doble dígito medio porcentual". La compañía, que ha anunciado el lanzamiento de dos de sus productos estrella en Alemania para reforzar su apuesta por los mercados internacionales, estudia posibles operaciones corporativas. "La deuda neta sigue a un nivel bajo, situándose en 22 millones de euros, y proporciona amplias opciones estratégicas para financiar el crecimiento no orgánico", explicó el presidente Jorge Gallardo, en mayo pasado, a los accionistas.
Algo mejor le va a Laboratorios Rovi, que obtuvo en el pasado ejercicio unos ingresos de 158,6 millones, un 12% más que en 2009, y un beneficio neto de 24,6 millones, un 22% más que el año anterior. Según dijeron sus gestores a mediados de junio en la junta de accionistas, Rovi, pese a los recortes públicos en el gasto en medicamentos, prevé lograr un crecimiento similar al de 2010 a finales de este año (en el primer trimestre ganó 4,9 millones, un 3% menos como consecuencia del lanzamiento de dos medicamentos, del encarecimiento de la materia prima y de las restricciones de gasto en la sanidad pública).
Según confesó el presidente de la compañía, Juan López-Belmonte, los "buenos resultados" conseguidos en 2010 tienen mucho que ver con el acuerdo estratégico suscrito a finales de 2009 con Merck Sharp & Dohme, por el que Rovi logró la cesión de cinco licencias para explotar medicamentos nuevos. La compañía quiere seguir siendo una referencia en fármacos para especialidades médicas, fabricar para terceros y destinar a I+D el 8% de sus ingresos.
Zeltia, como ha explicado hace unas semanas en estas páginas María Fernández, era hasta 2010 un grupo famoso por sus medicamentos, pero que basaba el grueso de su negocio en la venta de barnices, pinturas e insecticidas (ZZ Paff, Casa Jardín) y cuya cotización en Bolsa fue siempre una especie de montaña rusa alimentada por las noticias sobre avances (o fiascos) en congresos médicos o ante agencias responsables de autorizar sus medicamentos. Por primera vez desde su fundación, en 1940, Zeltia ingresó en 2010 más con el sector biofarmacéutico (79 millones) que con la química de gran consumo (73). Tiene en el mercado un solo fármaco, el Yondelis, destinado a combatir distintos tipos de cáncer. No obstante, Zeltia siguió en números rojos en 2010 y registró una pérdida neta de 3,10 millones en el primer trimestre de 2011, lo que supone aumentar en un 58% las registradas en igual periodo del ejercicio anterior.
Faes Farma, que abogó en su última junta de accionistas por introducir el copago para evitar que la gratuidad de los medicamentos lleve "a la quiebra al sistema sanitario nacional", registró en el primer trimestre un magro crecimiento del 2,8% en su cifra de negocios, que se elevaría al 7,2% sin los descuentos en precios aplicados por la ley. A pesar de la "difícil" coyuntura, según dijo el presidente de la farmacéutica a los accionistas, la actividad internacional y los ingresos conseguidos por la licencia de la Bilastina, un producto propio para las alergias, han permitido a Faes cerrar 2010 con una "buena" cuenta de resultados (algo más de 20 millones de beneficio, aunque un 5% menos que en 2009). La firma vasca espera a partir de este año dar "un salto cualitativo" y lograr así duplicar en 2014 sus beneficios.
Biosearch, por su parte, cerró el primer trimestre con una pérdida antes de impuestos de 0,28 millones, frente al beneficio de 51.000 euros que cosechó durante igual periodo del año pasado, con una caída importante de las ventas y con algunas dudas entre los inversores y los analistas.
El grupo químico-farmacéutico Esteve, que no cotiza en Bolsa, ha reducido su plantilla y sus estructuras en 2010 como consecuencia de la ralentización en el incremento de las ventas. En 2010, Esteve alcanzó una cifra de negocio de 956 millones, un 1,27% más que el año anterior. Pese a que la empresa sigue creciendo, lo hace a un ritmo mucho menor que el alcanzado en 2009, cuando las ventas interanuales mejoraron un 17,26%. Pese al bajo crecimiento en las ventas globales, la compañía catalana ha incrementado su facturación en el extranjero. El mercado internacional representa el 47% de la cifra de negocio del laboratorio y se situó en 448 millones de euros. El grupo no facilita su resultado neto.
Según el plan estratégico Esteve 2015, la farmacéutica debería facturar 1.250 millones dentro de cuatro años, el 66% procedentes de mercados internacionales.
La otra liga del grupo Grifols
Grifols, que se mueve en otra liga tras haberse hecho recientemente con la norteamericana Talecris, obtuvo un beneficio neto consolidado de 33,6 millones en el primer trimestre, un 7,9% menos que en igual periodo de 2010 debido, precisamente, a los costes inherentes a la adquisición. El grupo catalán, tras pagar 2.800 millones por el 100% de Talecris, se ha convertido en el tercer fabricante mundial de derivados sanguíneos con una cifra de negocio de más de 2.000 millones de euros. Operación que le servirá, según adelantó el presidente del grupo, Victor Grifols, en la pasada junta de accionistas, para duplicar su tamaño y para reducir el peso del mercado español en su facturación (el 23% de los 991 millones en ventas que sumó la compañía en 2010 se realizaron en el mercado doméstico). Tras la integración con Talecris, dijo, España solo representará el 10%, y el peso de EE UU en la facturación pasará del 34% al 53%. Grifols se quejó también de que en España "el ministerio fija los precios sanitarios y los baja cuando le da la gana, y que el auténtico problema es que no paga las facturas". Según Victor Grifols, el beneficio por acción de la nueva empresa crecerá un 40% a partir de 2012.
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